"'La belleza es una carta
de recomendación
que nos gana de antemano
los corazones".
Arthur Schopenhauer, filósofo alemán.
(1788-1860).

Casi 18 millones de personas se sometieron a procedimientos cosméticos quirúrgicos y/o mínimamente invasivos en los Estados Unidos en 2018, un cuarto de millón de procedimientos más en 2018 que en 2017, así lo ha comunicado la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos (ASPS).

Queda claro que el consumo de la cirugía estética cotiza al alza. Pero ¿a qué se debe este crecimiento sostenido? Pues a la propia actitud y naturaleza de la sociedad que demanda dicho tipo de intervenciones. En concreto, nos referimos a la autoestima, la satisfacción con la vida, el atractivo físico, el sexo biológico, el papel de los medios de comunicación en su difusión y conocimiento y, curiosamente, incluso la postura religiosa.

Una vez determinadas las causas de la demanda, solo queda reseñar que la medicina y la cirugía estética disfrutan de la misma buena salud de la cual predican, de hecho, están en plena forma. Con otra tendencia alcista, la del consumo de procedimientos cosméticos mínimamente invasivos, bótox, rellenos y peelings químicos a la cabeza. Lo cual recala en un compromiso obligado, el del doctor y su paciente, y viceversa, para la óptima realización y resultado de las citadas intervenciones.

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