"La ciencia es la progresiva
aproximación del hombre al mundo real".
Max Planck, físico alemán.
La medicina estética contemporánea enfrenta el reto de sostener su crecimiento sobre bases sólidas y verificables. En un escenario caracterizado por la innovación constante y la rápida aparición de nuevas terapias, solo la evidencia científica permite distinguir entre avances reales y tendencias pasajeras.
Cada protocolo clínico debe sustentarse en estudios rigurosos, revisiones sistemáticas y resultados reproducibles que garanticen seguridad y eficacia. La experiencia del médico es fundamental, pero es el método científico el que otorga legitimidad y coherencia a la práctica. Sin una base de evidencia, la medicina estética corre el riesgo de diluir su esencia médica y perder credibilidad ante la comunidad científica y los pacientes.
La consolidación de guías clínicas y el análisis crítico de la literatura reciente son pasos indispensables para avanzar hacia una medicina estética verdaderamente sustentada.
Solo a través de la evidencia se puede asegurar tratamientos más predecibles, responsables y orientados al bienestar integral del paciente.
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