Cada vez son más los hombres que buscan potenciar sus rasgos de manera sutil y natural, sin recurrir a cambios drásticos. Durante su ponencia en el V Congreso de Medicina Estética organizado por Clínicas Dorsia, el Dr. Antonio J. Fustes Morales, médico estético y dermatólogo de la casa, abordó el manejo de la piel del hombre tras convertirse en una tendencia en auge. “Cada vez son más los hombres que buscan resultados que respeten su estructura anatómica, concretamente potenciando mandíbula, mentón y pómulos sin exagerar. Para conseguir esto, la sutileza y la constancia son los aliados perfectos”, asegura el especialista.
Diferencias en la piel masculina: joven vs. madura
La piel del hombre no se cuida igual a los 25 que a los 45, y por eso requiere un abordaje en medicina estética adaptado según la edad. “El cuidado de la piel es la base de cualquier tratamiento estético. Sin una rutina adecuada (skincare), incluso los mejores procedimientos pierden fuerza y durabilidad”, explica el experto.
- Hombres jóvenes: la piel suele ser más grasa por los niveles elevados de testosterona, lo que hace que los cuidados se centren en productos ligeros, como emulsiones de ácido hialurónico, protectores solares en emulsión y antioxidantes como vitamina C o niacinamida.
- Hombres maduros (más de 45 años): la piel tiende a secarse y al mismo tiempo, aparecen los primeros signos de flacidez. Se recomiendan cremas más untuosas, combinadas con retinoides como Retinol al 0,5% para estimular colágeno y mejorar los efectos provocados por el fotodaño el daño provocado por el sol a lo largo de los años), ajustando la concentración según la tolerancia de la piel.
Tratamientos sutiles pero efectivos
Según el Dr. Fustes, la clave de la estética masculina no está en los cambios drásticos, sino en combinar técnicas precisas con cuidados continuos que respeten la naturalidad del rostro. Entre los procedimientos más demandados por hombres en medicina estética destacan:
Para pieles jóvenes:
- Peelings suaves y microneedling, para mejorar textura y luminosidad.
- Rellenos estratégicos, centrados en mandíbula y mentón, especialmente solicitados por hombres jóvenes. Intentar no aumentar el volumen de las mejillas es fundamental para no feminizar el rostro, pero si marcar los pómulos, ya que eso es un rasgo que potencia la masculinidad.
Para pieles maduras:
- Vitaminas y estimuladores de colágeno, que combaten flacidez y pérdida de firmeza.
- Láseres y luz pulsada (IPL), para unificar el tono de la piel y tratar manchas o signos de fatiga. Además de mejorar la flacidez al estimular la producción de colágeno.
- Mejora de arrugas dinámicas, siempre con discreción para mantener expresividad natural.
Masculinización y feminización: la importancia de la proporción
El Dr. Fustes explica que la armonización facial va más allá de corregir imperfecciones “Masculinizar o feminizar no es exagerar, sino equilibrar y respetar la esencia de cada rostro y de cada género. La naturalidad es la tendencia que más valoran los pacientes hoy en día”, señala. Mientras la cara femenina busca curvas suaves, pómulos delicados y labios más carnosos, la masculina prioriza frente recta, mandíbula ancha, mentón cuadrado y pómulos marcados.
Los hombres cada vez tienen más claro qué buscan según su edad y estilo de vida:
- Hombres jóvenes: buscan suavizar líneas de expresión, marcar mandíbula y ensanchar mentón.
- Hombres maduros: pueden atreverse a mejorar líneas de expresión, pero prefieren estimuladores de colágeno para mejorar flacidez. “Lo que más les cuesta es adoptar una rutina de skincare, pero es fundamental que empiecen al menos con hidratación y fotoprotección. Una vez instaurado el hábito, se pueden incorporar principios activos como vitamina C, niacinamida o retinoides, adaptados a cada tipo de piel”, explica el especialista.
En definitiva, la estética masculina crece cada vez más, y avanza hacia un enfoque más consciente, personalizado y natural. Tal como destaca el Dr. Fustes, el éxito no reside en transformar, sino en armonizar y cuidar la piel según cada etapa de la vida. Una tendencia en auge que demuestra que, hoy, los hombres también buscan verse mejor sin perder su esencia.