"Donde quiera que se ama el arte de la medicina,
se ama también a la humanidad".
Platón. filósofo griego
(427-347 a. C.).

La medicina y la cirugía estética se hallan sometidas a la tiranía de quienes las practican de forma no legal, sin los títulos ni reconocimientos que autorizan a su práctica.
Hace escasas fechas, México cerraba 264 clínicas dedicadas a la cirugía estética en el país, debido a que incumplían las medidas sanitarias. Es decir, en su mayoría clínicas de medicina estética con servicios de cirugía plástica, en las que la infraestructura no era la correcta y por lo tanto, clínicas potencialmente peligrosas para sus pacientes.

Sin embargo, cuando hablamos de infraestructura nos referimos también al personal que no es profesional de la salud o a cirujanos plásticos que no cuentan con la debida certificación. En España la SECPRE incide en nuestro país, en su labor de agrupar y reconocer a los mejores y reales cirujanos, para consulta del paciente.
La SEME, a su vez, lucha contra el intrusismo, delito penal, en el ejercicio de la medicina estética, un hecho real que sin embargo no es perseguido como se debiera por parte de los organismos oficiales, ni atajado antes de que se produzca con la titulación oficial necesaria.

Curiosamente, así las cosas, el peligro de no ser legal no repercute ni castiga a quienes practican dicha actividad fuera de la ley y sí lo hace con los pacientes que se confían a ellos, quienes sufren las consecuencias. Paradoja que se alimenta de la desidia los legisladores.

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