"La heterosexualidad no es
superior a ninguna homosexualidad,
ni viceversa".
Sigmund Freud, padre del psicoanálisis
(1856-1939).
La obsesión por cuerpos perfectos, tal y como es fiel reflejo el famoso Día del Orgullo Gay o LGTB, próximo a celebrarse en Madrid, uno de los más concurridos y relevantes del mundo, lleva a cada vez un mayor número de personas de dicho colectivo a optar directamente por el quirófano antes que por el gimnasio. Los pectorales marcados o glúteos musculados son las operaciones de cirugía estética más de moda entre ellos. Un colectivo que se suma al crecimiento exponencial en los últimos tiempos de la demanda de cirugía estética masculina.
Y es que, pasar por el quirófano para corregir o mejorar el aspecto físico es hoy en día algo habitual. Un gesto 'normal', que incluso "forma parte de los indicadores del bienestar social, junto con tener un trabajo bien remunerado, una casa y un coche", según declaraciones de José María Picó, vicepresidente de comunicación de la Asociación Española de Cirugía plástica y Estética. Algo aún más significativo en ciertos colectivos, caso del mundo Lgtbiq. Un público al que satisfacer, con sus propias peculiaridades, que engrosa las filas del crecimiento mundial de la demanda de cirugía y medicina estética.
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