La alerta había llegado desde Estados Unidos, donde la Administración de Alimentos y Medicamentos informaba de algunos casos relacionados con un extraño tipo de cáncer llamado Linfoma Anaplásico de Células Grandes (LACG) asociado a los implantes mamarios. Posteriormente, la prestigiosa revista Plastic and Reconstructive Surgery dedicó varios artículos de análisis y debate al respecto de este asunto. La noticia llegó a los medios de comunicación y en algunos casos se trató con mucha cautela, pero en otros, la información dada fue esencialmente sensacionalista, creándose así una gran alarma social.

El LACG es un raro tipo de cáncer linfático o linfoma que se caracteriza por un crecimiento anormal de linfocitos T (células T) y la expresión de la proteína CD30. Puede afectar numerosas partes del cuerpo incluyendo el sistema linfático y la piel, aunque no exclusivamente. Hay que distinguir entre dos variantes, la que expresa la proteína ALK (ALK-positivo) y la que no la expresa (ALK-negativo). Esta segunda variedad, la ALK-negativa, es la que se relaciona con los implantes mamarios. La enfermedad se presenta como una acumulación de líquido alrededor de la prótesis (seroma tardío) o en forma de tumor en contacto con el implante.

En estos momento no es posible identificar un tipo de implante concreto relacionado con un mayor o menor riesgo de LACG y tampoco hay certeza absoluta de la causa de este cáncer en mujeres portadoras de implantes mamarios.

Es cierto que existe una posible asociación entre el LACG y los implantes mamarios, aunque la incidencia es extremadamente baja. A pesar del pequeño número de casos, la presencia de LACG en portadoras de implantes podría no ser una coincidencia, debido a la localización del linfoma rodeando al implante, y al tipo de células de los linfomas mamarios.

En estos momento no es posible identificar un tipo de implante concreto relacionado con un mayor o menor riesgo de LACG y tampoco hay certeza absoluta de la causa de este cáncer en mujeres portadoras de implantes mamarios. Los datos de que se dispone no permiten establecer que los implantes mamarios son causantes del LACG, porque no se ha podido realizar un estudio exhaustivo y a largo plazo. La FDA ha iniciado un programa de recogida de datos para avanzar en el conocimiento del problema.

Hasta el momento, lo mejor es guardar cautela debido al reducido número de casos y lo más recomendable, realizarse controles médicos frecuentes.









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