Jérôme Hamon en el primer paciente del mundo que se somete a un doble trasplante integral de rostro. La prensa francesa lo llama "el hombre de las tres caras": la suya de nacimiento, la que recibió tras un primer trasplante en 2010 y, ahora, la tercera, fruto de una nueva y última intervención.

El curioso caso de Jérôme Hamon

Curioso caso sin duda, y una personalidad y fuerza indomable la de este francés que ya ha pasado a los anales de la historia, por su épica hazaña rubricada por la cirugía y el equipo médico responsable de sus dos trasplantes. "He rejuvenecido 20 años", aseguró Hamon durante su presentación ante un grupo de medios franceses, que han revelado su historia. Con 43 años, Jérôme asegura haber asumido plenamente su nueva identidad, una vez más.

Su médico, Laurent Lantieri, el mismo cirujano que ya le practicara el primer trasplante en 2010 y que realizara la segunda intervención el pasado mes de enero, sólo tiene palabras de alabanza para con este paciente tan singular.

Hamon todavía tiene la cara prácticamente paralizada. Los médicos dicen que podrá gesticular poco a poco en un par de meses, y sigue bajo un fuerte tratamiento inmunodepresor para evitar un nuevo rechazo.

"Por primera vez en el mundo, esta intervención demuestra que en el campo de los trasplantes vascularizados compuestos, cara y manos, es posible un retrasplante en caso de rechazo crónico", dijo el hospital Georges Pompidou de París, en comunicado de prensa.

Hamon sufre neurofibromatosis 1, también conocida como enfermedad de von Recklinghausen, un mal genético que deformó su cara hasta tal punto que los médicos consideraron necesario someterle a un trasplante integral de rostro en 2010.
Una operación que finalizó con éxito y que Hamon contó en un libro publicado en 2015.

Sin embargo, poco después, un médico le prescribió un antibiótico para tratarle un resfriado que resultó ser incompatible con su tratamiento inmunodepresor. En 2016, Hamon comenzó a mostrar síntomas de rechazo crónico y su cara empezó a degradarse. Un año más tarde, tuvo que ser hospitalizado y en noviembre pasado, en vista de que el rostro trasplantada presentaba ya zonas de necrosis, los médicos decidieron quitarle el trasplante. Hamon permaneció dos meses sin rostro y en cuidados intensivos en el hospital Georges Pompidou hasta que, a mediados de enero, surgió un donante, un joven de 22 años fallecido a varios centenares de kilómetros de París. El doctor Lantieri decidió rápidamente realizar la intervención. "No podíamos dejarle sin cara", contó a Le Parisien.

La recuperación

Si la operación fue larga, comenzó al mediodía de un lunes y terminó al amanecer del martes, la recuperación no lo ha sido menos. Ni más fácil. Tres meses más tarde, Hamon todavía tiene la cara prácticamente paralizada, los médicos dicen que podrá gesticular poco a poco en un par de meses, y sigue bajo un fuerte tratamiento inmunodepresor para evitar un nuevo rechazo. Ha perdido mucho peso y, entre otros, sufrió una infección vírica.
Aun así, el paciente pudo realizar la primera salida del hospital, una rápida visita en ambulancia a su casa en Bretaña, la semana pasada. "Fue toda una expedición, me hizo feliz, aunque fue extremadamente cansado", relató este parisino convertido casi en héroe por su fortaleza y valor. Unas palabras que demuestran lo excepcional no solo del caso, sino del paciente, según los médicos que lo han tratado.









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