Con la propagación a escala planetaria del Covid-19, el uso global de mascarillas faciales o equipos de protección personal (EPIs) aumenta cada día. Pero salvar vidas no debería ser a costa del planeta. Organizaciones y asociaciones empresariales y de científicos están desarrollando nuevas soluciones para reducir el impacto negativo que se deriva del uso masivo de mascarillas y guantes en el medio ambiente.

Una explosión de plásticos en todo el mundo que afecta directamente a los ecosistemas

Edith Cecchini, directora de Proyectos, Estrategia Corporativa y Política para la organización ambiental del programa Ocean Conservancy Trash Free Seas®, declara: "No hay duda, el plástico, PPE de un solo uso está teniendo un impacto negativo en el medio ambiente. Científicos han estimado que a nivel mundial estamos usando 129 mil millones de máscaras faciales y 65 mil millones de guantes cada mes de esta pandemia. Ya hemos visto informes de vida marina, incluyendo aves marinas, ingiriendo estos artículos o enredándose en ellos. La pandemia ha llevado a una explosión de plásticos de un solo uso: ha revelado cuán desesperadamente necesitamos encontrar mejores maneras de gestionar nuestros residuos".

La reutilización, el reciclaje y el uso de mascarillas hechas de materiales orgánicos y biodegradables podrían proporcionar soluciones. En este orden de cosas, ya hay muchas corporaciones trabajando en ello. La empresa TerraCycle cuenta con Cajas de Residuos Cero para recoger y reciclar EPIs, mascarilla faciales y guantes desechables.

"Entre finales de febrero y mediados de abril de este año, sólo en el Reino Unido se entregaron más de mil millones de artículos de equipo de protección personal. Este repunte del consumo nos está obligando a repensar nuestra actitud hacia el reciclaje y encontrar una solución sostenible para este tipo de residuos, que de otro modo terminarían en vertederos o a menudo simplemente estarían tirados en las calles. Con millones de guantes y máscaras que se tiran todos los días, no es difícil ver por qué los conservacionistas de todo el mundo están haciendo sonar la alarma sobre dónde terminan todos estos productos de un solo uso".

A partir de las cajas, los artículos se clasifican en categorías en función de las características del material y la composición y, si es necesario, se mezclan con otros plásticos. El material se funde en pellets reciclados para ser utilizado por terceros y fabricar nuevos productos de distinta naturaleza, incluyendo muebles de exterior, cubiertas y contenedores de almacenamiento.

Creación de equipo de protección EPIs y reciclaje, 500 años en desaparecer

La start-up francesa Plaxtil ofrece una solución para máscaras quirúrgicas, de tela y FFP2 y actualmente está llevando a cabo un programa piloto en Chátellerault, Francia, donde ha reciclado casi 100.000 mascarillas. El cofundador de la firma Olivier Civil, asegura: "Hemos establecido 50 puntos de recogida en farmacias, tiendas o centros comerciales. Quitamos la barra de metal de las máscaras y las trituramos; las máscaras trituradas se pasan a través de un túnel UV para ser completamente descontaminadas en profundidad. A continuación, transformamos estos trozos en material Plaxtil para ser inyectados en una prensa de inyección para obtener objetos de protección contra Covid-19: sujetadores de mascarilla, abridores de puertas, viseras protectoras, etc."

Según Civil, una mascarilla lanzada a la naturaleza tardará casi 500 años en desaparecer. En los mares, es uno de los peores contaminantes. Pero la solución para incinerar máscaras no es mucho mejor, porque el nivel de emisiones de CO2 generados es colosal. "Estamos hablando de cientos de miles de millones de máscaras en el planeta. La única solución ecológica a nuestros ojos es volver a utilizar este material".

Opciones biodegradables y uso responsable

Las mascarillas orgánicas biodegradables también se están defendiendo como la solución a este problema, elaboradas con algodón, lino, bambú, seda y revestimientos faciales de cáñamo, materiales todos ellos que ya se comercializan ampliamente. También se están explorando otros materiales más creativos, con propiedades adicionales.

En la Universidad Tecnológica de Queensland (QUT) de Australia, se ha desarrollado un producto hecho de material vegetal de desecho, a partir de la caña de azúcar y otros residuos agrícolas. El objetivo original era desarrollar mascarillas anticontaminantes biodegradables. Ahora la idea es que también podría ser utilizado para la fabricación del completo del material de protección contra el Covid-19 ya que dicha materia de nanocelulosa altamente transpirable elimina partículas de menos de 100 nanómetros, del tamaño de los virus.

En el Centro EssentialTech del Instituto Federal Suizo de Tecnología de Lausana (EPFL), Suiza, los investigadores también han finalizado un nuevo y llamativo material. El HelloMask está hecho de una composición polimérica, actualmente en proceso de patente, que es 99% orgánico, derivado de biomasa. Thierry Pelet, Ph.D., jefe de Proyecto, manifiesta: "Con la crisis Covid-19 y el enorme consumo de máscaras por parte del público en general, esto se está convirtiendo en un problema medioambiental".

El HelloMask es transparente y transpirable, así como biodegradable y reciclable. Está diseñado para revelar expresiones faciales, así como para filtrar virus y bacterias.

"Se registrará como una máscara quirúrgica (dispositivo médico de clase I) y, por lo tanto, proporcionará la misma protección de barrera", explica Pelet.

Mientras tanto es necesario hacer una llamada de atención a la población general para el uso cuidadoso de la mascarilla y sus prácticas de eliminación.
"Todos tenemos un papel que desempeñar para mantener nuestras comunidades y nuestro océano sanos durante esta pandemia".









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