La utilización de injertos de grasa o tejido adiposo en Cirugía Plástica es cada vez más habitual. Pero en este capítulo, hay que diferenciar entre dos modos de obtención.
Todo tejido adiposo tiene células madre. Así podemos encontrarnos con tejido adiposo sin manipular y aquél en el que las células madre son obtenidas con ayuda de dispositivos específicos y utilizadas a posteriori para enriquecer la grasa que se inyectará al paciente.

En lo referido a la manipulación de células madre de los tejidos adiposos y en concreto a su aplicación, ésta se encuentra regulada tanto por la normativa europea como por la española, que, a su vez, ambas, contemplan dos opciones: "Obtener células madre in situ, en el mismo quirófano, con la ayuda de tecnología y aparatología certificada por la UE o enviar el tejido adiposo con contenido de células madre a un laboratorio debidamente homologado para que devuelva dichas células procesadas. Cualquiera de estas dos opciones implica un encarecimiento del tratamiento", enumera la SECPRE, la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética.

Los injertos de grasa permiten una recuperación más rápida para el paciente porque se trata de un procedimiento menos invasivo que la colocación de una prótesis.

En declaraciones de la SECPRE, y aunque algunos otros profesionales lo hacen, "son los cirujanos plásticos quienes cuentan con la formación y experiencia para la aspiración de grasa y, por ende, quienes deberían asumir siempre la aplicación de esta técnica".
No obstante, y aunque se habla mucho de injertos con células madre, la inmensa mayoría de los injertos de grasa que se realizan hoy día, en torno al 99%, son injertos de grasa simples, que no están enriquecidos con células madre adicionales a las que ya tiene el tejido de forma natural.

El uso de injertos en Cirugía Reparadora

Los injertos de tejido adiposo en la Cirugía Reparadora se aplican de forma generalizada a todas las zonas corporales. En la cabeza y el cuello se emplean para tratar cicatrices de cirugías faciales y para síndromes congénitos de nacimiento; por ejemplo, en personas con asimetrías en la cara o falta de tejidos debida a enfermedades involutivas como el Síndrome de Parry-Romberg. Por otro lado, su empleo es muy común como método para regenerar el rostro de los pacientes con VIH que presentan atrofias derivadas del uso de la medicación.
Asimismo, el injerto de tejido adiposo está muy extendido en reconstrucciones mamarias, ya que es una técnica que permite reconstruir por sí misma o complementar el resultado de otros métodos. En glúteos o extremidades, las inyecciones de grasa ayudan a corregir asimetrías de nacimiento o atrofias en los glúteos en pacientes diagnosticados con virus del SIDA o que presentan atrofias en esta zona corporal en forma de hundimiento causadas por el uso continuado de inyecciones intramusculares.
En resumen, en Cirugía Reparadora "se puede recurrir a esta técnica siempre que falte volumen o sea necesario disimular una cicatriz, dada la capacidad que tiene la grasa de reblandecer los tejidos una vez aplicada".

Beneficios frente a implantes sintéticos

En cuanto a los beneficios en comparación con los implantes sintéticos, los injertos de grasa permiten una recuperación más rápida para el paciente porque se trata de un procedimiento menos invasivo que la colocación de una prótesis. Además, en cirugía de mama, las pacientes no tienen que preocuparse por si el implante se moverá, si se romperá con el tiempo o surgirán complicaciones como el encapsulamiento.
Se trata, por otro lado, de una técnica que goza de gran fiabilidad, pues, pese a estar extendida la idea de que la grasa se reabsorbe cuando se inyecta en cualquier zona corporal, lo cierto es que el tejido adiposo no desaparece nunca, sino que una vez integrado variará sólo si lo hace el peso del paciente.
En la misma línea, también existe controversia sobre si la calidad de la grasa extraída es igual en cualquier zona de la anatomía. Al respecto, hay que apuntar que, "si bien los estudios sobre la materia son discordantes, la conclusión es que toda la grasa bien manejada puede ofrecer buenos resultados, independientemente de la zona del cuerpo de la que haya sido extraída", asegura la SECPRE.

Podemos encontrarnos con tejido adiposo sin manipular y aquél en el que las células madre son obtenidas con ayuda de dispositivos específicos y utilizadas a posteriori para enriquecer la grasa que se inyectará al paciente.

La SECPRE también quiere puntualizar que para realizar un injerto de tejido adiposo en todos los casos será imprescindible, cada vez, una liposucción previa, puesto que, hoy en día, la tecnología para almacenar la grasa de una sola extracción y aplicarla posteriormente no está aún debidamente desarrollada.

Células madre, el futuro

Las células madre destacan por su capacidad para regenerar tejidos y, en una especialidad como la Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, su aplicación tiene grandes perspectivas de crecimiento. Es de esperar, por tanto, que en los próximos años el empleo de células madre vaya a más.

El futuro caballo de batalla será "el triángulo formado por la sinergia entre las células madre, los factores de crecimiento y las matrices tisulares". La unión de estos distintos elementos configurará la Cirugía Reparadora de los próximos veinte años, "nos permitirá regenerar tejidos del propio paciente sin necesidad de generar un daño adicional en otra zona de su cuerpo".









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