Les llaman 'incels'. No estamos seguros que sepas quiénes son. A nosotros, confesamos, nos ha pillado por sorpresa. Pero nos hemos puesto a buscarlos y los hemos encontrado. Es más, protagonizan movimientos y grupos de repercusión casi inaudita, dadas sus características. Son de hecho, y así se definen a sí mismos, "célibes involuntarios". Es decir 'condenados' a tal estado por su aspecto físico y algunas circunstancias más. De hecho, los 'incels' interpretan una profunda e 'insoportable' desigualdad en las relaciones sexuales entre hombres y mujeres, basada en que, según su percepción, ellas solo los buscan guapos, de tal manera, que para ponerle coto, están dispuestos a pasar por quirófano para transformarse en 'adonis'. Eso sí, siempre bajo la perspectiva de sus propios cánones de belleza.

Los 'incels' interpretan una profunda e 'insoportable' desigualdad en las relaciones sexuales entre hombres y mujeres.

Recientemente, un detallado reportaje de The Cut ha desvelado la cultura de la cirugía estética que predomina en ciertos foros 'incel', de tal manera que los hombres así agrupados y denominados cincelan su cara y cuerpo a golpe de bisturí en busca del canon de belleza masculino.

¿Un qué...? Sí, un 'incel', has leído bien

Es más, ahondando en sus raíces hemos de decir que se trata de una subcultura digital de hombres reprimidos. Así se expresan y autodefinen. Creen que existe una desigualdad patente en el acceso al sexo: las mujeres contemporáneas, más libres y selectivas, se emparejan sólo con los hombres más atractivos y bien dotados (los macho 'alfa' o 'chad', en su lenguaje), marginando sexualmente a miles de hombres normales o feos y condenándolos a la soltería (un celibato no deseado).
Los 'incel' se observan a sí mismos como un grupo social vulnerable y olvidado, empujados a los márgenes de las relaciones emocionales.

¿Cómo escapar del ostracismo sexual? En foros como Lookism o Looksmax, los 'incels' suben fotos de su cara junto a montajes donde modifican los rasgos físicos que desearían tener. Exponen los defectos y los corrigen en busca de mandíbulas poderosas, pómulos angulosos, frentes prominentes, ojos profundos y labios finos. Se fijan en hombres a su juicio perfectos, como David Gandy o Lucky Blue. Es el ideal de belleza 'incel'. Un hombre extraordinariamente masculino, musculado, de anchos hombros y rostro pétreo.

Quirófanos y cirujanos, el tótem

Así, que el paso necesario para conseguirlo es... ¡la cirugía!, por supuesto. En el reportaje que 'The Cut' dedica a los 'incels', aparece uno de sus cirujanos de cabecera, Barry Eppley. Es él quien enumera las operaciones más solicitadas por esta 'subcultura': la extracción de costillas, el ensanchamiento de hombros, la corrección de líneas faciales y el alargamiento del pene. Las mujeres contemporáneas, más libres y selectivas, se emparejan sólo con los hombres más atractivos y bien dotados.

Esta última intervención se conoce como "jelqing" o "dickmaxxing". "El pene es el símbolo definitivo de desigualdad sexual, y los foros están repletos de teorías sobre el tamaño mínimo para escapar de la minoría reprimida", apuntan algunos estudiosos del tema.

De este modo, los 'incel' forman parte de esa estadística, y por supuesto han contribuido a ella, en la que las operaciones estéticas entre los hombres han crecido un 325% durante las dos últimas décadas. Para algunos, es el camino más corto hacia el sexo. Aunque implique reconstruirse la cara y el cuerpo.









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