Los brazos se vuelven flácidos con la edad o los cambios bruscos de peso y resulta muy complicado mantener su forma y firmeza. El ejercicio ayuda, pero ese tipo de grasa es muy difícil de eliminar. Hay diferentes métodos para acabar con el aspecto indeseado de las extremidades superiores como la liposucción o los hilos tensores.

Sin embargo, todas aquellas personas que han sufrido una pérdida importante de peso recurren a la braquioplastia.

Con la edad o los cambios bruscos de peso, los brazos se vuelven flacidos y resulta muy complicado mantener su forma y firmeza.

La braquioplastia es una técnica quirúrgica pensada para mejorar el aspecto de las extremidades superiores mediante la resección del exceso dermograso de cara la interna de ambos brazos y así conseguir que tengan un aspecto estilizado y armónico con el cuerpo.

El aspecto negativo de esta intervención es la necesidad de dejar una cicatriz en la cara interna de los brazos, en la línea media. O bien, una cicatriz en región axilar con resultados no tan efectivos.

En la primera visita, el cirujano valora el aspecto de la piel, su capacidad de retracción, el exceso dermograso de la cara interna de los brazos y el estado general del paciente a través de una analítica completa.

El cirujano debe valorar el aspecto de la piel, su capacidad de retracción, el exceso dermograso de la cara interna de los brazos y el estado general del paciente a través de una analítica completa.

Durante la operación, que requiere ingreso hospitalario y anestesia general, se realiza la resección del huso dermograso marcado previamente. Este procedimiento comenzará con la liposucción antes de las incisiones cutáneas. Después de tres horas aproximadamente se obtienen los brazos proporcionales. La cicatriz quedará oculta en la axila, o bien, en la línea media de cara interna de los brazos. La intervención dura entre una y dos horas y paciente sale de quirófano con un vendaje semicompresivo.

El alta se podría dar a las 12-24 h. de la intervención. El paciente deberá someterse a curas, drenajes linfáticos y llevar una faja durante unas cuantas semanas. Los puntos se retiran entre los 7-21 días tras la intervención.
En ocasiones es preciso realizar al cabo de unos meses correcciones de defectos menores por cicatrices inestéticas, hipertróficas o queloideas, por deformidad braquial o por necrosis cutánea.









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