"Cada día es una oportunidad para crear algo nuevo y maravilloso".
Anónimo

En los últimos años, la estimulación cerebral ha dejado de ser un término exclusivo de la neurología clínica para abrirse paso en el mundo del bienestar y la estética. Promesas como "rejuvenecer el rostro a través del pensamiento", "tonificar músculos faciales sin cirugía", o "reprogramar el cerebro para verse más joven" han capturado la atención de consumidores cada vez más dispuestos a explorar alternativas no invasivas. Pero, ¿estamos ante una verdadera revolución científica o frente a un espejismo bien mercadeado?

Clínicas estéticas en ciudades como Los Ángeles, Tokio o Madrid ya ofrecen "neurolifting", una especie de entrenamiento cerebral que supuestamente mejora la firmeza facial al estimular áreas motoras del cerebro. Otras promesas incluyen una reducción del estrés oxidativo o la activación de circuitos dopaminérgicos para una apariencia más vital. Sin embargo, la evidencia que respalda estos efectos en el ámbito estético sigue siendo escasa y, en muchos casos, anecdótica.

La estimulación cerebral aplicada a la estética representa un campo emergente, fascinante y con potencial, pero que aún requiere de cautela, regulación y mayor investigación. En tanto no se aclare su verdadero alcance, sería prudente considerar estos tratamientos como complementarios. La belleza, como la salud, debe construirse sobre fundamentos sólidos.

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