Su nombre, Garth Fisher, él mismo, una estrella, ocupa la lista Top Ten de los cirujanos plásticos más famosos del mundo a día de hoy. Fisher, de hecho, protagoniza y suma portadas e interiores de revistas, como si él mismo fuera otra de las celebrities que le confían, desde hace décadas, su imagen. Radicado en Beverly Hills, Garth Fisher es un cirujano plástico y reconstructivo de renombre mundial, certificado por la Junta Americana de Especialidades Médicas. El primer médico seleccionado en el reallity show "Extreme Makeover" de la cadena ABC, lo que le llevó a convertirse en uno de los cirujanos plásticos más populares en los Estados Unidos. Su prestigio subió como la espuma. Y de ahí a la fama, realizando sonadas cirugías a grandes empresarios y ejecutivos de todo el mundo y a artistas y celebridades, como la actriz Halle Berry y la presentadora de televisión Lisa Rima, entre otras.

Garth Fisher ha sido incluido en la lista anual en el directorio de 'Castle Connolly' de los cirujanos principales en USA, un honor otorgado a menos del 1% de los médicos del país.

Garth Fisher también es considerado como "Uno de los mejores cirujanos plásticos en los Estados Unidos de cosmética facial y cirugía de mama" por Best Doctors in America, una lista de los mejores médicos especialistas del continente.

Una historia de éxitos

La cirugía, de hecho, no parece tener secretos para Fisher, que acomete la misma, la cirugía plástica, estética y cosmética de rostro, la nariz, los senos y otras partes del cuerpo, con una facilidad pasmosa a los ojos del resto de los mortales, y con resultados que hasta ahora no han tenido tropiezo.

Nacido en 1958, Fisher se graduó en la Universidad de Mississippi con una licenciatura en 1980 y un doctorado en 1984 y completó su pasantía, residencia en cirugía general y residencia en cirugía plástica, en la Universidad de California, Irvine. Artista del bisturí, es "uno de los mejores cirujanos plásticos en los Estados Unidos para la cirugía cosmética y de los senos". También ha sido incluido en la lista anual en el directorio de Castle Connolly de los cirujanos principales en USA, un honor otorgado a menos del 1% de los médicos del país.

Pero este hombre de éxito, cirujano a más señas y de lo cual puede sin duda vanagloriarse, no sólo centra su actividad en el quirófano o las intervenciones cosméticas, Fisher también aboga y defiende el valor de una piel nutrida como primer paso hacia el antienvejecimiento, lo que lo llevó a trabajar en una línea de productos para el cuidado de la misma. En 2006, Fisher se asocia con Paul Scott Premo y funda CellCeuticals Skin Care, Inc., una compañía que tiene como objetivo desarrollar productos efectivos y seguros para el tratamiento de la piel basados en estudios científicamente controlados.

Cirugía con inteligencia

Pudiera parecer el típico producto americano, pero Fisher es no sólo una personalidad por su pose y operaciones a famosos, sino por supuesto por sus diestros dedos y su inteligencia. "He llegado a apreciar el hecho de que la perfección artística en cirugía parece ser una habilidad desarrollada por separado. Consiste en una miríada de componentes: capacidad, destreza, habilidad, aptitud y competencia, pero no todos los cirujanos poseen esta confluencia innata de conjuntos de habilidades", ha declarado en algunas ocasiones. "En mis tempranas prácticas y ejercitamiento, me encontré con cirujanos brillantes de alto renombre académico. No todos eran cirujanos talentosos. Algunos eran profesores fenomenales y otros producían resultados de investigación innovadores. La perfección artística no parece estar basada en el intelecto o la inteligencia o en dónde te hayas entrenado. La certificación de especialidad mide ciertos niveles de competencia de capacitación, sin embargo, no es el sello de la perfección artística".

Fisher es no sólo una personalidad por su pose y operaciones a famosos, sino por supuesto por sus diestros dedos y su inteligencia.

Así que según Fisher, para operar bien no, sino magistralmente, tal vez se trata simplemente de poseer los dones correctos. Un atleta magnífico los tiene; un autor ganador del Premio Pulitzer puede tenerlos. "No se pueden realizar grandes cirugías sólo por tener grandes manos, hay más", asegura Garth Fisher. A lo que añade: "La impresionante responsabilidad de alterar creativa e impecablemente la apariencia de otro ser humano es un privilegio que humildemente respeto".

Lo que está claro es que esta estrella de Beverly Hills, como lo son sus propias y otras estrellas a las que interviene, sintió desde el principio el entusiasmo por aprender y dominar la cirugía, con voluntad prolífica. Lo demás llegó sólo, quizá efectivamente por sus cualidades innatas y maestría.

Cuando se le acribilla a preguntas, algo habitual dado el marcado carácter reallity de los medios de comunicación norteamericanos, acerca de por qué tanto famoso, sonríe. Beverly Hills es tierra de famosos, lo contrario sería extraño. No obstante, haciendo gala de su meditada cirugía, dice que la 'selección' de un candidato quirúrgico es obligada. Dicha selección, y según Fisher, se fundamenta en principios esenciales, coherentes y deontológicos por encima de todo.
"Los cirujanos que tienen estándares de selección mínimos están dispuestos a operar a cualquier persona y a todo el mundo. Sus resultados se definen por su trabajo", explica. Muy al contrario, los 'planes' quirúrgicos del Dr. Fisher deben estar en concierto con las metas y los deseos de su paciente, y él debe estar confiado en que alcanzará los resultados previstos por éste. Sus objetivos, los de ambos, paciente y doctor, deben ser los mismos. Si no lo son, el Dr. Fisher siente que ha fallado en su habilidad para comunicarse honestamente y efectivamente con su paciente. Ésa es su responsabilidad. Y así lo ha venido demostrando con el transcurrir de los años y una carrera exitosa que le hace figurar entre los 10 cirujanos plásticos más famosos del mundo.









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