Las encías pueden sangrar por múltiples motivos: cepillarse los dientes con fuerza, los cambios hormonales asociados a la pubertad, el embarazo o el ciclo menstrual, los trastornos hemorrágicos, enfermedades como la diabetes, anemia, hepatitis, etc. o por factores genéticos o el estrés. También tomar determinados medicamentos y la falta de nutrientes como las vitaminas C y K pueden provocar un sangrado de encías.

El sangrado no tiene por qué ser abundante ni ir acompañado de otros síntomas, pero es muy importante prestar atención a la frecuencia con que aparece. La placa bacteriana en los dientes, el mal aliento o el sangrado de las encías pueden ser síntomas de una gingivitis, una enfermedad que causa irritación, enrojecimiento e inflamación. Es decir, es una reacción inflamatoria de la encía, de carácter reversible. Se presenta en todas las edades de los sujetos dentados y es muy común padecerla en algún momento a lo largo de nuestra vida. Pero es importante tomar esta enfermedad periodontal en serio y tratarla lo antes posible para evitar una periodontitis.

La gingivitis es una reacción inflamatoria de la encía, de carácter reversible. Se presenta en todas las edades de los sujetos dentados y es muy común padecerla en algún momento a lo largo de nuestra vida.

REMEDIOS CONTRA EL SANGRADO

1. Cepillarse los dientes después de cada comida. Hacerlo durante unos 3 minutos, mejor con un dentífrico con flúor, por ser antibacteriano.

2. Utilizar hilo dental y cepillos interdentales. Esto permitirá acabar con los posibles restos de comida que quedan entre las piezas y que, al endurecerse, pueden actuar como una cuña.

3. Realizar una limpieza en el higienista dental una vez al año para evitar la acumulación de sarro.

4. Masticar alimentos crudos como frutas y verduras para estimular las encías y los dientes.

5. Reducir el consumo de alcohol y cuidar mucho la alimentación, evitando al máximo la ingesta de alimentos con alto contenido de azúcar. Las vitaminas A y C ayudan a evitar el sangrado.









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