Cuando se habla de modificar el tono vocal nos referimos a la cirugía estética de la voz. Lo que más se demanda es cambiar la voz de una persona, normalmente aumentando el tono vocal. Ello se demanda por parte de mujeres transgénero que desean feminizar su voz.

A la contra, también se realiza esta cirugía para que la voz sea más grave, en el proceso que se llama masculinización de la voz o tiroplastia tipo III de Issihiki. Además, se utiliza en ciertas disfonías espasmódicas para reducir los síntomas responsables del espasmo vocal.

Según recuerda la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL-CCC), el nombre de tiroplastia surge por el fonocirujano japonés Nobuhiko Isshiki, quien lo introdujo por primera vez en 1974.

Tiroplastia tipo III de Issihiki es la cirugía estética de voz para agravar el tono y su principal demanda procede de pacientes con un tono vocal muy agudo.

El profesional ha sistematizado cuatro teìcnicas baìsicas de tiroplastias, tanto para acortar como para alargar las cuerdas vocales.

La técnica para masculinizar la voz se realiza mediante la relajación de las cuerdas vocales, trabajando bajo anestesia general, y mediante una mínima incisión en la línea media del cuello. La también llamada tiroplastia de retrusión es una técnica que consiste en retraer la comisura anterior hacia atrás para que las cuerdas vocales se acorten, disminuyan su tensión y aumenta su masa o grosor.

Para realizar todo ello, los médicos aconsejan al paciente, como en otros casos, y lleva implícito un periodo de reeducación vocal, de al menos cuatro meses de duración.

La también llamada tiroplastia de retrusión es una técnica que consiste en retraer la comisura anterior hacia atrás para que las cuerdas vocales se acorten, disminuyan su tensión y aumenta su masa o grosor.

¿Cuándo es indicado? las tiroplastias tipo III se indican en los casos de tono vocal agudo, que se da por una excesiva rigidez congénita de las cuerdas, o un fracaso de la mutación vocal en varones jóvenes.

La masculinización de la voz también se realiza cuando hay trastornos de la muda vocal (en la adolescencia), en la disociación entre la morfología corporal y el tono vocal, cuando se produce una rigidez aumentada de las cuerdas vocales y tensión excesiva de las cuerdas vocales.









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