La alopecia es un problema capilar que afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque suele presentar una mayor incidencia dentro del sector masculino, con más del 50% de hombres que la sufren a lo largo de su vida.

Según Hospital Capilar, esta pérdida anormal del cabello puede llegar a provocar más de cien tipos de alopecia derivadas de factores hereditarios u hormonales, el estrés, el envejecimiento, hábitos de vida no saludables, la ingesta de determinados medicamentos, o padecer distintas enfermedades; por lo que conocer sus causas será determinante para poder frenarlas a tiempo.

La alopecia es un problema capilar que afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque suele presentar una mayor incidencia dentro del sector masculino.

“La alopecia aparece cuando el paciente supera la caída fisiológica normal de más de 100 pelos al día, o bien al perder progresivamente densidad capilar y notar cada vez más el cuero cabelludo. Esta pérdida de densidad suele comenzar en las entradas y coronillas en los hombres y en la zona de la raya del pelo en las mujeres, llegando incluso a afectar a otras partes del cuerpo como las cejas, las pestañas o la barba”, explica Carlos Gómez, director médico de Hospital Capilar.

Los dos grandes grupos de tipos de alopecia: cicatriciales y no cicatriciales

A pesar de que existen diversas clasificaciones, las alopecias suelen dividen en dos grandes grupos: cicatriciales y no cicatriciales. En las no cicatriciales, no se produce la pérdida de orificios foliculares y, por tanto, el folículo vuelve a recuperar su estructura si se diagnostica en una fase temprana; lo que les hace ser controlables o reversibles. Este grupo engloba a diferentes tipos de alopecia, entre las que destacan la androgenética, la areata y el efluvio telógeno.

Por su parte, la androgenética es la más predominante entre un 80% de la población, originándose por causas genéticas o desequilibrios hormonales y produciéndose con mayor asiduidad entre los hombres a partir de los 30 años, mediante una pérdida de pelo que se presenta inicialmente en las entradas y en la coronilla, hasta dar paso posteriormente a otras zonas de la cabeza; mientras que, en las mujeres, esta falta de densidad se produce de forma más generalizada.

La alopecia androgenética es la más predominante entre un 80% de la población, originándose por causas genéticas o desequilibrios hormonales.

Además del componente genético, determinadas enfermedades autoinmunes como la diabetes, la celiaquía o el estrés emocional juegan un rol fundamental en los casos de alopecia areata, en la que la pérdida del cabello se produce en forma de parches redondos en una o varias partes del cuero cabelludo. “Sin embargo, y a pesar de ser el segundo tipo de calvicie más común, el pronóstico suele ser favorable y el pelo vuelve a crecer al cabo de un año hasta en el 80% de los casos a través de un correcto tratamiento médico”, subraya Gómez.

Por otro lado, cabe recalcar que alrededor del 5% de las consultas las ocupan las alopecias cicatriciales, entre las que se encuentran la alopecia frontal fibrosante, el liquen plano pilar o el lupus discoide, y en las que, según el director de Hospital Capilar, “ya se ha producido el daño folicular por regla general, debido a que el tejido fibroso cicatricial ha reemplazado al folículo piloso, de forma que la existencia de estas cicatrices impide el crecimiento normal del cabello, produciendo una alopecia irreversible”.

Trasplante capilar, una solución

Por ello, el trasplante capilar se postula como una de las mejores opciones para combatir este tipo de caída, siempre y cuando el paciente disponga de zona donante suficiente para llevar a cabo esta intervención.

El trasplante capilar se postula como una de las mejores opciones para combatir este tipo de caída, siempre y cuando el paciente disponga de zona donante suficiente para llevar a cabo esta intervención.

Realizar un diagnóstico preciso será fundamental a la hora de determinar la causa de la alopecia en el paciente, ya que ayudará a frenar su avance mediante un tratamiento correcto precoz acorde a cada caso y evitará, además, que la pérdida del pelo siga avanzando paulatinamente. “Este diagnóstico se lleva a cabo mediante una historia clínica completa, una exploración del cuero cabelludo tanto a nivel macroscópico como tricoscópico y pruebas analíticas que sirven para descartar posibles alteraciones hormonales o diferentes parámetros que puedan influir a nivel capilar”, recalca el expertos, Carlos Gómez.

A través de este diagnóstico médico, se seleccionará el método más idóneo con cada tipo de alopecia, optando por determinados tratamientos farmacológicos para retardar la progresión de la caída del cabello y promover su crecimiento, como los antiandrógenos, el Minoxidil, la espirolactona, el láser de baja de baja frecuencia o el CRT o Capillary Regeneration Treatment, cuya finalidad es la misma que la del Plasma Rico en Plaquetas o PRP.









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