El vitiligo o vitíligo​ es una enfermedad crónica de la piel, de carácter autoinmune, que se caracteriza por la aparición de áreas despigmentadas bien delimitadas debido a la falta de función y pérdida de los melanocitos (las células responsables de la pigmentación). Las lesiones pueden ser de cualquier forma y tamaño y pueden afectar a cualquier parte del cuerpo y también mucosas.

El vitíligo lo padece cerca del 1% de la población mundial, abarcando todas las etnias y siendo clínicamente más evidente cuando ocurre en personas de piel más oscura.

Esta enfermedad se manifiesta por la aparición de lesiones blancas que resultan de la ausencia del pigmento en la piel. Estas lesiones tienen un tamaño variable y su evolución y localización en las distintas partes del cuerpo no es previsible, si bien en el tipo de vitiligo que más predomina, el vitiligo simétrico, las lesiones tienden a aparecer a ambos lados del cuerpo en zonas similares.

En el 40 % de los casos, el vitiligo es hereditario, si bien lo que se hereda es la predisposición genética, no la propia enfermedad. Para que esta se desarrolle tiene que concurrir, junto con la predisposición genética, un factor desencadenante.

La textura de la piel no cambia. El vitiligo no es contagioso y sus consecuencias son fundamentalmente de carácter estético, y por tanto psicosocial.

En el 40 % de los casos, el vitiligo es hereditario, si bien lo que se hereda es la predisposición genética, no la propia enfermedad. Para que esta se desarrolle tiene que concurrir, junto con la predisposición genética, un factor desencadenante.

El vitiligo aparece con frecuencia asociado a otras enfermedades autoinmunes, como la enfermedad celíaca, la tiroiditis de Hashimoto, la diabetes mellitus tipo 1, la artritis reumatoide o la psoriasis, entre otras.

El vitiligo se puede dar a cualquier edad, si bien en la mayor parte de las personas con esta predisposición genética, se da antes de los 20 años.

Entre el 20% y el 30% de los pacientes con vitíligo tienen antecedentes familiares. Actualmente se cree que la enfermedad posee un origen autoinmune, habiendo una producción inapropiada de anticuerpos y linfocitos T (un tipo de glóbulo blanco) contra los melanocitos, las células responsables por la producción del pigmento de la piel.

Independientemente de la causa, el hecho es que la enfermedad se basa en la destrucción de los melanocitos. Cuando se realiza biopsia en un área afectada es posible verificar una ausencia de estas células responsables por la producción de melanina, pigmento natural de la piel.

Conocido y nombrado desde la Antigüedad

El término latino vitiligo (con acentuación grave) fue aparentemente acuñado por el enciclopedista romano Aulo Cornelio Celso en su libro De Medicina escrito en el siglo I d. C​.

En el papiro de Ebers, escrito en el siglo XV a. C., se menciona un trastorno de la piel que cursaba con un cambio de coloración.

En los textos sagrados antiguos del hinduismo, como el Atharvaveda (datado entre el siglo XII al X a. C.), se mencionan la palabra kilas (kilãsa) derivada del término kil que significa mancha blanca de la piel.

Hacia finales del siglo XIX, el dermatólogo húngaro Moritz Kaposi (1837-1902) definió el vitiligo como una distrofia pigmentaria.

Clasificación de los tipos de vitiligo

El vitiligo se puede clasificar en los siguientes tipos:

  • Vitiligo no segmentario.
  • Acrofacial: afecta cara, cabeza, manos y pies; especialmente extremos de los dedos y región en torno a la boca.
  • Mucosal: afecta la mucosa oral y genital.
  • Generalizado o común: afecta cualquier parte del cuerpo en forma habitualmente simétrica.
  • Universal: se extiende en un 80 a 90% de la superficie de la piel
  • Mixto.
  • Raro.
  • Vitiligo segmentario: afecta segmentos unilaterales respecto de la línea media del cuerpo.
  • Vitiligo no clasificable: cuando una mancha afecta bilateralmente o afecta una sola mucosa.

Síntomas y evolución

Enfermedad poligénica y multifactorial, además de los factores genéticos, los mecanismos inmunológicos, neurohormonales, citotóxicos y bioquímicos (por ejemplo, el estrés oxidativo) parecen jugar un papel crucial en su origen.

Resumiendo, las lesiones del vitíligo son más aparentes en personas con piel más oscura y se presentan como manchas claras, en placas, donde es muy fácil delimitar la piel sana de la piel afectada. Dichas personas suelen originar rechazo social.

Las lesiones del vitíligo son más aparentes en personas con piel más oscura y se presentan como manchas claras, en placas, donde es muy fácil delimitar la piel sana de la piel afectada. Dichas personas suelen originar rechazo social.

El vitíligo también puede causar despigmentación de mucosas como encías y pérdida del color de los pelos, vello y cabellos.

El vitíligo es una enfermedad progresiva que presenta nuevas despigmentaciones a lo largo del tiempo. No obstante, algunos casos no evolucionan y hasta el 10% de los pacientes presentan repigmentación espontánea de las lesiones.

Es imposible saber de antemano cómo evolucionará el vitíligo en cada paciente. El cuadro clínico es extremadamente imprevisible, pudiendo variar desde pocas y pequeñas lesiones restringidas a una región hasta un vitíligo universal donde más del 50% del cuerpo es afectado.

Tratamiento del vitíligo

En pacientes con vitíligo focal, restringido a pequeñas áreas del cuerpo, o en aquellos que ya poseen piel muy clara, el uso del maquillaje para camuflar las lesiones y el protector solar para impedir el bronceado de las áreas sanas, evitando el aumento del contraste, suelen ser soluciones satisfactorias.

En cambio, en los pacientes con piel más morena y con lesiones diseminadas, principalmente en el rostro, es indicado el tratamiento con medicamentos direccionados a la repigmentación. Cuanto más temprano se inicie el tratamiento, mejor; no obstante, la respuesta suele variar mucho de caso en caso.

El uso de pomadas de corticoides es por regla general la primera opción para pacientes con despigmentación en menos de 10% de la superficie corporal. Son necesarios al menos tres meses de tratamiento para notar algún resultado. Los corticoides tópicos presentan como efecto colateral una posible atrofia de la piel, de tal manera que el paciente debe ser evaluado por un dermatólogo cada cuatro semanas.

Una opción en lugar de los corticoides es el tacrolimus o pimecrolimus tópico; no obstante, aún está en investigación una posible relación entre el uso de estos dos medicamentos con un aumento de la incidencia de linfoma.

La fotoquimioterapia con componente psoralénicos (sustancias capaces de aumentar la sensibilidad de la piel a los rayos ultravioletas) y subsecuente exposición a la radiación UV-A es comúnmente denominado “PUVA terapia”. Actualmente también existe la opción del uso de radiación con rayos UV-B en lugar de rayos UV-A, sin que haya necesidad de sensibilización de la piel con psoralénicos. Este tratamiento se realiza generalmente entre dos a tres veces por semana por un periodo de 6 a 12 meses. Los mejores resultados se obtienen en aquellos pacientes con vitíligo en menos del 20% del cuerpo.

El uso de la terapia con láser es otra opción, no obstante es cara y sólo puede ser usada en pequeñas áreas.

El inserto o trasplantes de melanocitos es otro procedimiento en los pacientes que presentan enfermedad estable por al menos dos años. Este tratamiento funciona mejor en los casos de vitíligo en los cuales la afección es unilateral.

La despigmentación total con hidroquinona es la última alternativa y suele ser indicada en los casos más graves, con acometimiento de más del 50% del cuerpo y ausencia de respuesta a los otros tratamientos. La despigmentación es permanente y deja al paciente muy vulnerable a los efectos negativos de los rayos solares.









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