Las tasas de melanoma, una forma de cáncer de piel, están en aumento en todo el mundo, y se proyecta que para el año 2040 se convierta en el segundo cáncer más común a nivel global, superando al cáncer de colon y pulmón, según datos recientes de la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología. Pero, ¿qué relación existe entre la incidencia de esta enfermedad y la posición socioeconómica de las personas afectadas?

Un estudio llevado a cabo por la Universidad McGill en Canadá y publicado en Current Oncology ha arrojado luz sobre esta cuestión, concluyendo que los hombres, las personas de mayores ingresos y aquellos que residen en áreas costeras tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel. El propósito de la investigación era analizar por qué los habitantes de las regiones atlánticas de Canadá tienen un riesgo más elevado de melanoma en comparación con el resto del país.

Teniendo en cuenta factores como los ingresos, la educación y el género, se evaluó la exposición a los rayos UV y los comportamientos de diversos grupos en la región atlántica de Canadá mediante una investigación.

A mayores ingresos, más riesgo de sufrir cáncer de piel

El estudio reveló que las personas con ingresos más altos presentaban un mayor riesgo de desarrollar melanoma. Este riesgo se asoció con una mayor cantidad de quemaduras solares a lo largo de la vida, el uso de cabinas de bronceado y la exposición al sol para broncearse. No obstante, los individuos con educación universitaria tenían tasas más altas de exposición solar recreativa, pero eran menos propensos a utilizar cabinas de bronceado.

El doctor Ivan Litvinov, profesor asociado del Departamento de Medicina y jefe de la División de Dermatología de la Universidad McGill, destacó que “un nivel socioeconómico más alto se asocia con más vacaciones en climas soleados y bronceado recreativo, lo que probablemente impulsa en última instancia la incidencia del melanoma en esta población”.

Curiosamente, el estudio también demostró que las personas que ganaban menos de 50.000 dólares al año tenían más probabilidades de trabajar al aire libre y estar expuestas al sol en el entorno laboral, lo que las colocaba en un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel. Los investigadores sugirieron que las políticas de protección de los trabajadores al aire libre podrían desempeñar un papel importante en la reducción del riesgo de melanoma.

En relación a las disparidades de género, se pudo observar que las mujeres presentaban menos tiempo de exposición al sol y mostraban una mayor precaución en relación a la protección solar comparado con los hombres. Por otro lado, se encontró que los hombres eran más propensos a reportar quemaduras solares a lo largo de su vida, así como a tener mayor exposición al sol en su trabajo y tiempo libre. Esto a su vez, resultaba en tasas más elevadas de melanoma y otros tipos de cáncer de piel en hombres.

No obstante, las mujeres mostraban una inclinación a usar menos camisas de manga larga y preferían más las camas de bronceado. Según los expertos, estos comportamientos podrían justificar los resultados de investigaciones anteriores que sugieren que las mujeres tienen una mayor probabilidad de desarrollar melanoma en las extremidades.

En términos de prevención del cáncer de piel, el estudio reveló que los hombres expresaban actitudes más negativas hacia el uso de protección solar en comparación con las mujeres. Las mujeres también mostraban más preocupación por los nuevos lunares y eran más propensas a buscar consejo médico de un médico de familia. Los investigadores afirmaron que estos patrones de comportamiento podrían explicar la menor incidencia y mortalidad general de melanoma en las mujeres.

Los resultados del estudio también destacaron que las personas que vivían en comunidades de mayor riesgo como en las provincias de la Isla del Príncipe Eduardo y Nueva Escocia tenían más quemaduras solares y exposición al sol en comparación con las personas de regiones como Terranova y Labrador. Sorprendentemente, aquellos que vivían en estas comunidades de alto riesgo también tenían un mayor conocimiento sobre la protección solar y la conciencia sobre el melanoma.

El Dr. Litvinov concluyó que “para prevenir el cáncer de piel, muchos canadienses necesitan actuar en base al conocimiento que ya tienen. La aplicación de protector solar es una de las formas efectivas de prevenir el cáncer de piel”. Además, los investigadores señalaron que las medidas de salud pública para reducir el cáncer de piel deberían estar adaptadas a grupos demográficos específicos, reconociendo la importancia de transmitir mensajes de protección solar adecuados a diferentes segmentos de la población.

Además, se subrayó la necesidad de que el gobierno canadiense tome medidas concretas en la lucha contra las crecientes tasas de melanoma. Se estima que el cáncer de piel podría representar una carga económica de mil millones de dólares al año para el sistema de salud canadiense para 2030. Una de las recomendaciones sugeridas es seguir el ejemplo de otros países que han eliminado los impuestos sobre las ventas de protectores solares para fomentar su uso.









Recomendamos