“Rasgar la mirada en el quirófano es una intervención de resultados espectaculares, pero no exenta de riesgos y existe una alternativa de resultados similares y absolutamente segura”. El doctor Carlos Gómez Zanabria, especialista en medicina estética se refiere al efecto Foxy Eyes que se puede conseguir con hilos tensores y neuromoduladores.
“Cuando se trata de rasgar la mirada de forma segura, natural y duradera, los hilos tensores, combinados con los neuromoduladores son la mejor opción”, apunta el especialista. Pero cuidado, “se trata de una zona en la que la piel es extremadamente fina y hay que recurrir siempre a suturas y profesionales capaces de realizar ese ‘estiramiento’ sin riesgo de que se noten bajo la piel”.
La puntada 'mágica' que rasga la mirada
“Lo ideal es optar por hilos ultrafinos, pero que se agarren bien al tejido con conos adaptables para hacer la tracción necesaria, y que se trate de un material que se reabsorba totalmente al cabo de un tiempo sin riesgo de que haga fibrosis. Los de ácido poliláctico resultan perfectos”, añade el doctor Gómez Zanabria.
En cuanto a la técnica, nos la detalla el médico estético: “por lo general es suficiente con utilizar una sutura por cada ceja. El punto de entrada se realiza, dependiendo de la fisionomía concreta del paciente, en la cola o la zona media de la ceja -donde queda perfectamente camuflado por ella- y el anclaje, a la altura deseada, buscando la armonización y la naturalidad. Lo ideal es que también quede oculto por el nacimiento del pelo”.
“Los resultados duran aproximadamente dos años y el tratamiento no se limita a traccionar sino que fomenta la formación de colágeno” añade el doctor.
Los neuromoduladores, por su parte, consiguen elevar la cola ceja para abrir la mirada y deben inyectarse de forma precisa para que el efecto sea más rasgado que elevado. Su duración es alrededor de cuatro meses, pero suponen un buen complemento a los hilos tensores.