En la novela Origen, que es la quinta entrega que Dan Brown dedica a su personaje Robert Langdon, el protagonista conversa con un grupo de invitados, entre los que se encuentra una mujer. Sin embargo, esta no es una mujer cualquiera, sino que es una mujer "con los labios 'rellenos' de bótox". Y es que la frase comúnmente recurrida es: "Está relleno(a) de bótox". Primero, queriendo alejar de un tiempo a esta parte el resultado artificial y de cierto 'abotargamiento' del relleno, la Medicina Estética aún se sorprende de que en la cultura general, ciertamente ya leyenda urbana, se confundan dos procedimientos muy distintos, bótox y rellenos.

Respuesta profesional

Las respuestas profesionales no han tardado en sucederse al respecto. "Mi deber como médico y defensor de la verdad en mi campo de la medicina y cirugía plástica", explica el Dr. Óscar Junco, "es llamar a la orden para que se tenga más cuidado en el uso a la ligera de conceptos estéticos". Emplear términos de una manera tan descuidada "contribuye a crear mala prensa sobre uno de los tratamientos más codiciados tanto por los propios profesionales como por los pacientes, que regularmente recurren al bótox para mantener a raya los signos de la edad y envejecer con la mejor de sus caras". El Dr. Junco, figura de reconocida solvencia y prestigio dice a su vez que "por qué no, esto también contribuye a desprestigiar una profesión respetada".

Bótox vs Rellenos

Ni los labios se rellenan de bótox, ni el bótox se infiltra en los labios con el objetivo de darles volumen. Hablando con propiedad, el bótox es una sustancia que se infiltra en los músculos para debilitar su función. Con ello se consigue, en el caso de la cara, difuminar las arrugas de expresión.
En cuanto a los labios, el objetivo no es darles volumen, pero sí tratar las temidas arrugas del famoso "código de barras". Para aumentar el volumen de los labios la medicina estética recurre a la infiltración de sustancias de relleno, siendo el ácido hialurónico la sustancia más comúnmente utilizada y segura, ya bien sea en su justa medida o en exceso, a gusto del consumidor.









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