Con motivo de la 64ª Reunión del Grupo Español en Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea (GEIDAC), la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) ha ofrecido sus recomendacciones sobre la importancia de comunicar debidamente las reacciones cutáneas alérgicas como método de prevención de problemas en la piel.

Según los expertos académicos, es muy importante guardar cualquier prenda de ropa, calzado, tejido o cosmética que se sospeche pueda provocar una reacción alérgica, para que así personal especializado pueda estudiarlo. Además, es conveniente aportar fotografías de la zona de la piel afectada, ya que en muchas ocasiones los pacientes acuden al dermatólogo cuando el problema ya ha desaparecido.

La sensibilización ante ciertas sustancias puede conducir a cuadros recurrentes de dermatitis de contacto. Identificar los productos y las rutinas de la persona es crucial para notificar los casos, identificar la relevancia del problema y poder legislar.

De esta manera, se consigue evaluar de una forma sistemática todos los casos, publicarlos y notificarlos a fabricantes y estamentos oficiales para que tomen las medidas oportunas. Esto redundará en la prevención de afecciones como los eccemas, la dermatitis de contacto, la urticaria o la dermatitis atópica, muy frecuentes entre la población en general, y que en muchos casos tienen su origen en una reacción alérgica.

Así, entre los más de 4.000 alérgenos conocidos, el más frecuente es el níquel (presente de forma habitual en bisutería y adornos de moda), tras el que sitúa la metilisotiazolinona, un conservante utilizado ampliamente en cosmética y limpiadores domésticos hasta que la UE prohibió su uso en productos que no precisen aclarado, con lo que se está produciendo un descenso en su sensibilización, gracias en gran parte a la información aportada por pacientes dermatológicos.









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