Según un estudio a cargo de investigadores del Perlmutter Cancer Center de la NYU Langone Health, publicado este mes en el Journal of the American Academy of Dermatology, se necesita un margen de dos milímetros alrededor de un lunar sospechoso de ser cáncer para eliminar todas sus células y evitar la necesidad de una segunda cirugía.

De acuerdo con la investigación, este límite es necesario porque casi dos tercios de los centenares de miles de lunares sospechosos que se eliminan cada año en EE UU requieren una reexcisión, es decir, una segunda intervención para eliminar las células omitids en el primer intento. Los médicos advierten que esta práctica presenta mayor riesgo de infección, sangrado y mala cicatrización, además de incomodidad y costes innecesarios.

Según los expertos, es importante hacer un seguimiento de los lunares en el cuerpo, porque las personas que tiene más de 50 corren un mayor riesgo de melanoma que aquellos que tienen menor edad.

Aunque la gran mayoría de los lunares sospechosos resultan no ser melanomas cancerosos, una vez se toma la decisión de eliminarlos debe existir un estándar más claro. Actualmente muchos profesionales cortan solo la porción más oscura del lunar, o cuando lo eliminan enteramente, optan por un impreciso margen de un milímetro a su alrededor.

El estudio muestra que es mucho más seguro y efectivo un enfoque más drástico, con el mencionado margen de dos milímetros, algo que concluyen tras eliminar 151 lunares sospechosos en 138 hombres y mujeres, todos ellos pacientes del NYU Langone, que se hizo cargo de los suministros y financiación de la investigación. Ninguno de los pacientes sometidos al procedimiento de biopsia, que implicaba la eliminación completa del lunar con un margen de dos milímetros a su alrededor, mostró crecimientos sospechosos en las zonas tratadas.









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