El papiro Ebers (1500 a. C), uno de los tratados médicos más antiguos, recoge unas 700 fórmulas y remedios que constituyen los primeros esbozos de distintas especialidades médicas como la Oftalmología, Ginecología, Oncología y Gastroenterología, entre otras. Tampoco podía faltar la Cirugía Plástica. El famoso papiro contiene una de las primeras referencias a dicha especialidad, tanto para la prevención de heridas provocadas por las quemaduras así como para su tratamiento.

Una civilización enigmática

Que los egipcios fueron una civilización adelantada a su tiempo, no es nada nuevo, como tampoco su carácter misterioso. Todavía hoy está por descubrir cómo se construyeron sus famosas pirámides. Su escritura, es otro de sus enigmas. Basada en dibujos y signos, los expertos continúan estudiando sus jeroglíficos. Los papiros egipcios son verdaderos tesoros referidos a distintas artes y costumbres, entre ellos, el papiro Ebers. En éste se recogen numerosas fórmulas referidas a la medicina y distintas actuaciones curativas. Una de las principales recomendaciones a la hora de tratar una quemadura, por ejemplo, era el uso de ranas en aceite caliente, cuya mezcla había que frotar sobre la piel. Otra de las prescripciones recogidas se basaba en extender sobre la zona dañada el ungüento resultante de mezclar una cabeza de anguila eléctrica en aceite. Posteriormente, se debía optar por una combinación de árbol saúco con planta papiro y chicle de agua, hecho de agua hirviendo y goma arábiga.

Cinco días para curar quemaduras

En concreto, el papiro recoge un método de cinco días de duración en el proceso de curación de las quemaduras, durante los cuales se debían aplicar mezclas y productos naturales.

Una vez producida la quemadura, durante el primer día, los egipcios recomendaban extender sobre la zona dañada lodo negro, principalmente. Aunque el paciente, si así lo requería, debía recurrir también al uso de bayas de saúco, granos de Uah y estiércol de gato, los cuales tenían que ser mezclados en agua de torta para su posterior aplicación.

Los papiros egipcios son verdaderos tesoros referidos a distintas artes y costumbres, entre ellos, el papiro Ebers. En éste se recogen numerosas fórmulas referidas a la medicina y distintas actuaciones curativas.

Para el segundo día, los egipcios aconsejaban el uso de estiércol de gato, el cual debían quemar, aplastar y frotar junto con levadura fermentada. Al día siguiente, el tercero , se recomendaba el uso de espinas de acanto secas aplastadas con granos de sorgo y cebolla. Una vez hecha la mezcla, se debía poner en aceite para después aplicarla como una pasta.

El uso de cera, grasa de vaca asada y fibras de palma se reservaba para el cuarto día; la mezcla resultante se debía juntar con granos de Uah para posteriormente aplicarla como una pasta sobre la zona dañada. Para el quinto y último día, se debía mezclar cebollas, tetróxido de plomo y fruto de árbol y frotarlas en astillas de cobre para posteriormente aplicarlo todo sobre la piel.

Otros remedios

Es muy significativo cómo el papiro Ebers ejercía incluso de ensayo clínico, ya que muchos de sus remedios se acompañaban del relato de casos reales que testimoniaban su efectividad. En uno de los utilizados para las quemaduras y basado en la mezcla de pan de sorgo, aceite y sal, se reproduce de la siguiente declaración: "Es muy verdadero. Lo he visto. A menudo me ha pasado a mí".

El papiro Ebers es un compendio de fórmulas magistrales. El mismo contiene tratamientos para, incluso tratar la alopecia. El espectro es muy amplio, mordeduras y picaduras de animales e insectos son también objeto de estudio y testimonio en este papiro confeccionado por los egipcios 1.500 años A.C.









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