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La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) ha presentado hoy en Madrid el ‘Estudio dimensionamiento e impacto socioeconómico de la Medicina Estética en España’ durante el año 2021, elaborado por Hamilton. Un informe que analiza la situación actual de la medicina estética, las tendencias del mercado, la facturación anual del sector, el nivel de formación y especialización de los médicos, cómo se comporta el turismo de salud y profundiza en el grave problema del intrusismo médico.

Del estudio se puede extraer una conclusión principal: "Crece el interés y el uso de la Medicina Estética en nuestro país. Tanto desde el punto de vista de los pacientes, como de los profesionales médicos", asegura la SEME.

El informe señala que a nivel general en España se busca una belleza natural y temporal, donde no se perciban excesivos cambios.

Durante el año 2021, en España se realizaron un total de 871.525 tratamientos médico-estéticos, con esta distribución: 626.778 tratamientos faciales (72%), 191.515 corporales (22%) y 53.232 categorizados en ‘otros’ como el hair removal (6%).

De los 626.778 tratamientos faciales realizados, el 42% correspondieron a toxina botulínica —⁠consolidándose como el tratamiento facial más realizado tras la pandemia Covid‑19—, 32% de ácido hialurónico y 20% a tratamientos para mejorar la calidad de la piel.

El cuidado y la salud impactan en la Medicina Estética

La población española evoluciona con índices de vida más elevados, lo que hace que el autocuidado, la cultura de la salud, de sentirse mejor durante más años, impacte en el crecimiento del mercado de la medicina estética.

El 40% de la población general española ha utilizado los servicios de medicina estética en alguna ocasión. Entre ellos, el 71,8% son mujeres y el 28,2% son hombres. La mayor parte de los pacientes se hacen tratamientos al menos una vez al año.

“No perseguimos más años de vida, sino más años de calidad de vida”, dicen los encuestados. Así, el informe señala que a nivel general en España se busca una belleza natural y temporal, donde no se perciban excesivos cambios y estos no sean definitivos.

La pandemia Covid‑19 y el uso de la mascarilla han influenciado en las necesidades y tendencias de la población en torno a la belleza de la salud, centrando la mayoría de los cuidados en la mirada.

La influencia de las redes

Especial atención merece el target de menor edad, que accede a la medicina estética cada vez más joven y más influenciado por las redes sociales. Hace unos años la edad media de entrada a la medicina estética era de 35 años. Ahora, jóvenes de 20 y poco acceden principalmente para rellenos de ácido hialurónico en labios y toxina botulínica.

“El uso de las redes sociales, la posibilidad de usar filtros y la aparición de aplicaciones que permiten cambiar las formas del rostro han contribuido a generar nuevas necesidades en pacientes jóvenes”, ha apuntado el Dr. Sergio Fernández, vicepresidente segundo de SEME.

“El uso de las redes sociales, la posibilidad de usar filtros y la aparición de aplicaciones que permiten cambiar las formas del rostro han contribuido a generar nuevas necesidades en pacientes jóvenes”, ha apuntado el Dr. Sergio Fernández.

En cuanto al 60% de los no usuarios de medicina estética en España reconocen que se plantearían realizarse un tratamiento si no llevaran IVA (se les aplica el 21%). En las encuestas realizadas, 7 de cada 10 pacientes considera que una reducción del IVA en los tratamientos de medicina estética incrementaría tanto el número de nuevos pacientes como la frecuencia de tratamientos en los usuarios actuales.

Los centros autorizados se incrementan un 20,2%

En España contamos con 6.305 centros sanitarios autorizados por el Ministerio de Sanidad para ejercer la Medicina Estética (un 20,2% más1 respecto a los 5.244 en 2019) con la unidad asistencial U.48.

La U.48 es la licencia sanitaria que identifica a la clínica como centro sanitario autorizado y la otorga la Consejería de Sanidad de cada Comunidad Autónoma. “Desde la SEME insistimos mucho a los pacientes en que comprueben y pregunten si es una clínica U.48 antes de realizarse ningún tratamiento”, ha destacado la Dra. Juana Deltell Canales, vocal de la Sociedad Española de Medicina Estética.

La facturación anual supera los 3.500 millones de euros

Durante el año 2021, la facturación anual de los 6.305 centros U.48 autorizados para ejercer la medicina estética en España alcanzó los 3.585.861.565 €.

En los próximos años, el crecimiento vendrá dado sobre todo por los tratamientos faciales, que representan el 69% de la facturación, y se espera que su facturación crezca en torno al 26%.

Asimismo, el informe confirma que la medicina estética continuará generando empleo, de media dos empleados por centro en los próximos años. Genera más de 36.000 empleados directos sin contar los médicos ni la industria.

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España, principal destino en turismo de salud

España no es solo admirada por su atractivo a ojos del turista, también por su sistema sanitario. Los tratamientos de salud continúan entre los principales motivos de viaje de los turistas internacionales.

Según datos proporcionados por el Instituto para Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), España se sitúa en el sexto puesto en el ranking europeo y el octavo a nivel mundial de países receptores de turismo de salud.

En 2020, dos millones de turistas internacionales viajaron por motivos de salud, familiares u otros a nuestro país, con un gasto medio por turista de 1.005 €. En 2021 el gasto medio de cada turista de salud fue de 1.084 €, aún lejos de los 1.569 € de 2019, y la duración media de sus viajes fue de 7,21 días.

Aun así la pandemia ha tenido un efecto negativo en la eficiencia de los sistemas sanitarios a nivel mundial y España no es una excepción: ha pasado de ser el cuarto país del mundo con el sistema sanitario más eficiente a ser el décimo quinto.

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Un 15% más de facultativos elige formarse en Medicina Estética

En la actualidad, la formación en Medicina Estética vía MIR no existe en España. Para poder ejercerla hay que ser licenciado o graduado en Medicina y pasar por una formación específica de posgrado o máster.

Ya son 19 las instituciones universitarias españolas que imparten máster y posgrado en Medicina Estética, de las cuales 17 dirigen estas formaciones de forma exclusiva a médicos o licenciados en medicina y cirugía, independientemente de su especialidad.

Por dichas instituciones, entre las que se encuentra la Universidad Complutense, la Universidad de Barcelona o la Universitat de les Illes Balears —⁠por poner algunos ejemplos—, han pasado al menos 6.036 profesionales que han cursado un máster de medicina estética en nuestro país (947 lo iniciaron en 2019), sin contar los tres masters online que existen con plazas ilimitadas, ni las instituciones que han dado inicio a su primera edición de máster en octubre de 2021.

En 2021, el número de facultativos que han cursado un máster en Medicina Estética se ha incrementado un 15% respecto a 2019.

Perfil de los pacientes, tratamientos y motivaciones

4 de cada 10 españoles son usuarios de medicina estética. Entre ellos, el 71,8% son mujeres y el 28,2% son hombres.

4 de cada 10 españoles son usuarios de medicina estética. Entre ellos, el 71,8% son mujeres y el 28,2% son hombres.

Entre las mujeres, el 39,2% ha recibido un tratamiento facial, el 34,3% un tratamiento corporal, el 10,8% un tratamiento antiaging, 6,3% un tratamiento capilar y 9,4% otros tratamientos.

Entre los hombres, el 16,1% ha recibido un tratamiento corporal, el 18,1% un tratamiento facial, el 12,8% un tratamiento capilar y el 8,0% tratamiento antiaging y 45% otros tratamientos.

En general, la llegada del coronavirus ha disparado algunos tratamientos, especialmente los dirigidos a la mirada. Uno de los más demandados actualmente es el tratamiento de las ojeras con ácido hialurónico (AH), tanto en hombres como en mujeres.

Tratamientos corporales

La fotodepilación es el tratamiento más utilizado (58,1%). Las mujeres se hacen de media 3 tratamientos distintos y los hombres 2. De media se comienza con los tratamientos corporales a los 30 años de edad. Los usuarios de 26 a 45 años son los que más se preocupan por si el centro tiene licencia sanitaria para ejercer este tipo de tratamientos.

Tratamientos faciales

Según el estudio de penetración que muestra el punto de vista del consumidor, el peeling sigue siendo el tratamiento más utilizado (42,2%). La edad media de comienzo con tratamientos faciales son los 33 años. Los hombres comienzan antes, a los 31 años, ya que el principal tratamiento que utilizan es el de acné.

Tratamientos capilares

Los tratamientos láser son los más demandados (55%). El láser y la mesoterapia capilar se utiliza más en mujeres, mientras que los injertos y trasplantes destacan en hombres. Ambos comienzan a realizarse tratamientos capilares en torno a los 32‑33 años.

Tratamientos antiaging

Los hombres comienzan con los tratamientos anti-edad a los 38 años, mientras que las mujeres a los 41, en parte porque el envejecimiento del hombre suele ser más brusco y acusado.

Motivaciones y hábitos

» Verse bien (44%) y aumentar la autoestima (36,2%) son los motivos más mencionados para hacerse un tratamiento de medicina estética.

Perfil de los usuarios de medicina estética por segmentación actitudinal

» Perfil senior esporádico (23,9%).
Segmento formado principalmente por mujeres de 40 años. Son mujeres que se realizan tratamientos de medicina estética de manera esporádica y cuya principal motivación es sentirse mejor y más sanas (entienden la medicina estética como parte de sus cuidados de salud).

Los hombres comienzan con los tratamientos antiedad a los 38 años, mientras que las mujeres a los 41, en parte porque el envejecimiento del hombre suele ser más brusco y acusado.

» Perfil joven debutante (27,1%).
Segmento formado principalmente por mujeres de menos de 40 años. Son mujeres que se realizan tratamientos de medicina estética de manera esporádica y cuya principal motivación es sentirse mejor y más sanas. Ven la medicina estética como un capricho más que como una contribución a un mayor bienestar. El precio es una variable importante a la hora de hacerse un tratamiento y suelen aprovechar las ofertas y promociones.

» Perfil belleza natural (12,7%).
Segmento con mayor proporción de hombres, aunque formado principalmente por mujeres de entre 30 y 50 años. Son personas que se realizan tratamientos de medicina estética con cierta regularidad y para las que la naturalidad de los resultados es muy importante.

» Perfil apariencia recurrente (16,4%).
Segmento formado principalmente por mujeres de 40 años. Son mujeres que se realizan tratamientos de medicina estética de manera esporádica y cuya principal motivación es sentirse mejor y más sanas.

» Perfil autoestima (19,9%).
Segmento formado principalmente por mujeres de entre 30 y 50 años. Son mujeres que se realizan tratamientos de medicina estética entre 1‑2 veces al año y buscan principalmente corregir algunos defectos para aumentar su autoestima y mostrar la mejor versión de sí mismas. Se caracterizan por buscar mucha información sobre centros y tratamientos a través de las redes sociales.

Suplantación de funciones en el ámbito de la Medicina Estética

La suplantación de funciones en la Medicina Estética sigue siendo algo habitual. El 15% de los pacientes que acuden a las consultas de los médicos estéticos asociados a SEME han sufrido las consecuencias del intrusismo: provienen de otros centros donde les ha tratado una persona no autorizada.

El intrusismo médico se da cuando una persona no capacitada, habilitada ni autorizada realiza un acto médico. “De ahí nuestra insistencia en que los pacientes siempre pidan el número de colegiado o el título de Medicina al profesional que le está atendiendo. Así podrá comprobar si se está incurriendo o no en un delito antes de poner su salud en manos de un intruso”, ha recomendado el Dr. Enrique Fernández Romero, vocal de SEME.

La realidad es que solo 2 de cada 10 usuarios piden el número colegial a la persona que tiene que realizar el tratamiento.

Ponerse en las manos de personal no autorizado puede provocar reacciones adversas peligrosas y, por desgracia, muy comunes: infecciones, necrosis de la piel, inflamación de los tejidos, pérdida de la vista, contaminación con enfermedades transmisibles como el VIH o la hepatitis C, entre otras.

Ponerse en manos de personal no autorizado puede provocar reacciones adversas peligrosas: infecciones, necrosis de la piel, contaminación con enfermedades transmisibles como el VIH o la hepatitis C, entre otras.

La mayoría de las veces, el principal reclamo de los suplantadores que ofrecen estos servicios de forma totalmente delictiva es el precio de sus servicios. Consiguen ofrecerlo con costes tan reducidos porque no requieren locales preparados para llevar a cabo un acto médico, ni personal de apoyo (se calcula que por cada médico es necesario tres profesionales para realizar un tratamiento en condiciones óptimas).

Por otro lado, “también se están ofertando formaciones a profesionales no médicos usando las palabras «medicina estética», que lógicamente no son capacitantes pero que generan confusión en los propios demandantes de esta información y sus futuros empleadores. Dicho término debería emplearse solo para formaciones dirigidas a licenciados en Medicina. La medicina estética en España está regulada, para poder ejercerla en una consulta se necesita la autorización de función pertinente U.48 que solo se concede a médicos. Por tanto, aquellas clínicas que realizan procedimientos de medicina estética sin tener esta unidad están trabajando en la ilegalidad. Por eso recientemente hemos creado un sello en el que se garantiza la atención médica”, ha indicado el doctor Juan Antonio López, presidente de la SEME.

El intrusismo profesional en medicina estética supone una amenaza para la salud de los ciudadanos

Denuncias de pacientes en los últimos años. Aunque la tendencia a denunciar actos de suplantación va en aumento, existe poca predisposición a denunciar por parte del paciente, lo habitual es que el médico estético sea quien denuncie.

El paciente de medicina estética es reticente a iniciar procesos legales por dos razones básicas: por un lado, no está dispuesto a incurrir en los gastos de dinero y tiempo que el proceso implica y, por otro, evita hacer público que se ha realizado algún tratamiento de medicina estética (algo que no se suele compartir ni con amistades ni con el círculo familiar más cercano).

Madrid y Barcelona suelen ser las ciudades donde los actos de intrusismo son más numerosos, hecho que se explica por el mayor número de centros existentes y la facilidad que ello brinda para pasar desapercibido. Tras ellas, destacan Málaga y Sevilla.

Desde enero de 2018, la Sociedad Española de Medicina Estética ha recibido y procesado más de 450 denuncias.









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