Las manchas pigmentarias, y no las arrugas, al contrario de lo que es creencia generalizada, encabezan la lista de los signos más visibles de envejecimiento.

En plena rentrée por partida doble ( pre y post vacaciones y reapertura de la actividad tras la pandemia), la creciente demanda de los tratamientos estéticos es una realidad, donde los protocolos de rejuvenecimiento se llevan la palma.

La oferta well-aging (literalmente ‘envejecer bien’), ha tomado protagonismo, dejando atrás el término anti-aging. Una oferta que cubre todas las necesidades de un consumidor cada vez más informado y decidido a invertir en mejorar su aspecto de forma saludable.

Además y según las estadísticas, se ha de resaltar que la demanda de tratamientos estéticos no invasivos, indoloros, respetuosos y sin tiempo de recuperación, supera con creces a las intervenciones en quirófano. A día de hoy no hay problema (estético) que no tenga solución: arrugas, flacidez, manchas, pérdida de luminosidad, poros dilatados, rostro cansado…

Cuando empecé a trabajar en estética pensaba que la mayoría de las consultas se centrarían en tratar las arrugas y la flacidez. El paso de los años me ha hecho cambiar de opinión. Uno de los problemas que más delata la edad es la aparición de manchas y la falta de luminosidad y uniformidad de la piel.

En España tenemos la suerte de poder presumir de vanguardia y, sobre todo, de grandes profesionales de la medicina estética. Es el caso de la Dra. Agustina Segurado (Jefe de Sección de Dermatología del Hospital del Sureste de Arganda del Rey y propietaria de SClinic), con quien hemos hablado para conocer de primera mano qué es lo que más preocupa al consumidor y qué tratamientos son los más apropiados en la búsqueda de la ‘eterna juventud’.

Toma nota de los aliados beauty más demandados en aparatología para presumir de cara (¡y cuello, escote y manos!) sin pasar por quirófano y sin modificar la imagen. La prevención y la constancia son la clave.

Beautymed: ¿Cuáles son las demandas más frecuentes en su consulta?
Dra. Agustina Segurado: Uno de los problemas que más preocupa es frenar el paso del tiempo o al menos retrasarlo al máximo. Lo que más nos llega a consulta son sobre todo manchas pigmentarias, piel fotoenvejecida (pérdida de elasticidad, tono y firmeza, poros dilatados, rostro apagado y cansado…), arrugas, cicatrices post-acné y rosácea-cuperosis.

B.M.: Antes nos obsesionábamos por las arrugas, pero está visto que hay otros problemas que debemos tratar. ¿Qué es lo que realmente evidencia la edad?
A.S.: Cuando empecé a trabajar en estética pensaba que la mayoría de las consultas se centrarían en tratar las arrugas y la flacidez. El paso de los años me ha hecho cambiar de opinión. Uno de los problemas que más delata la edad es la aparición de manchas y la falta de luminosidad y uniformidad de la piel. Cuando la gente se hace un tratamiento láser, te cuentan que el resto de su entorno les pregunta qué se han hecho para tener tan buena cara, y que se han quitado varios años de encima. Es realmente sorprendente lo que el láser, bien hecho, puede hacer. Además es un tratamiento rápido, no invasivo, indoloro y que no requiere de ningún tiempo de recuperación o post-tratamiento, salvo la protección solar, evidentemente. Es uno de mis tratamientos favoritos.
Respecto a los grandes ‘chivatos’ de la edad, serían las zonas más expuestas: cara, cuello, escote y manos, aunque, afortunadamente, sabemos cómo retar al paso del tiempo.

Con la experiencia de todos estos años de profesión, creo que los mejores resultados se obtienen con la combinación de técnicas y de tratamientos. Incluso creo que es fundamental completar con una rutina de cuidados en casa. Porque todo suma.

B.M.: ¿El secreto de la 'eterna juventud' es la prevención, el empezar a tiempo? ¿A qué edad, en líneas generales, habría que empezar a recurrir a los tratamientos estéticos?
A.S.: Desde luego que el mejor tratamiento es la prevención y, si consideramos que biológicamente nuestras células comienzan a envejecer y enlentecer sus funciones hacia los 25 años aproximadamente, se hace necesario comenzar con un plan de cuidados a esas edades. Inicialmente se recomienda el cuidado cosmético con las pautas de limpieza, tonificación, hidratación y protección solar. Después, y en función de los signos que vayan apareciendo, se indicará el tipo de tratamiento más adecuado. Es muy gratificante para mí, como especialista, el ir manteniendo la piel de mis pacientes año tras año, y comprobar cómo se van consiguiendo los objetivos.

B.M.: ¿Sus tratamientos de aparatología favoritos para el rejuvenecimiento?
A.S.: Para mi gusto la combinación de IPL (luz pulsada) con el láser fraccional 1540 (Icon® ThreeForMe™ de Cynosure) porque consigue mejorar las manchas y rojeces uniformando el tono de la piel, a la vez que mejora su textura, disminuye el tamaño de los poros y de las pequeñas arrugas, y aporta luminosidad e hidratación. Llevamos varios años trabajando con esta plataforma para eliminar manchas pigmentarias, arrugas, cicatrices post-acné y rosácea-cuperosis. Es como un lifting sin pasar por quirófano.
También me gusta mucho la radiofrecuencia monopolar con TempSure® Envi, de hecho recomiendo la combinación de ambos tratamientos. Cada vez estoy más convencida de que el resultado de una técnica se potencia o se complementa con otra. Por ejemplo, si tenemos en cuenta que el envejecimiento se produce en todas las capas de la piel, aunque sea más visible en la capa externa, entenderemos que la combinación de la RF, que estimula la producción de colágeno en capas profundas de la dermis, con el láser fraccional o con IPL, que trata la epidermis y capas más superficiales de la dermis, nos dará un resultado mucho más visible. De hecho, y si la tolerancia del paciente nos lo permite, solemos juntar ambos tratamientos en la misma sesión.

B.M.: ¿Qué opina de los tratamientos láser y la RF con respecto a otros tratamientos estéticos como el bótox, hialurónico, hidroxiapatita cálcica, hilos tensores, mesoterapia, peeling químico? ¿Son complementarios?
A.S.: Con la experiencia de todos estos años de profesión, creo que los mejores resultados se obtienen con la combinación de técnicas y de tratamientos. Incluso creo que es fundamental completar con una rutina de cuidados en casa. Porque todo suma. No concibo, por ejemplo, un tratamiento del melasma, de estrías o de cicatrices de acné sin una pauta de productos de aplicación en casa y a diario: los resultados se multiplican.
Los láseres no invasivos son desde luego una de las técnicas que más realizamos en la consulta. Como especialistas en dermatología, nuestro objetivo es conseguir una piel sana como sinónimo de belleza. Este tipo de técnicas eliminan lesiones pigmentadas, vasculares, unifican el tono de la piel, “cierran” poros, difuminan pequeñas arrugas y mejoran la calidad de la piel, consiguiendo un aspecto más joven. A diferencia de la toxina botulínica, los rellenos de ácido hialurónico, la hidroxiapatitia cálcica o los hilos tensores, los láseres no ablativos mejoran nuestro aspecto sin modificar nuestros rasgos y además son compatibles con continuar con nuestra vida social inmediatamente después del tratamiento. Respecto a cuándo empezar, no existe una edad específica, ya que muchas personas jóvenes pueden tener problemas de marcas, cicatrices o manchas solares que son susceptibles de tratamiento. En cuanto al número de sesiones, aunque varía dependiendo del caso, considero que de 2-3 al año puede ser suficiente.

Los láseres no invasivos son desde luego una de las técnicas que más realizamos en la consulta. Como especialistas en dermatología, nuestro objetivo es conseguir una piel sana como sinónimo de belleza.

B.M.: ¿Qué cosméticos y cuidados recomienda tras un tratamiento láser o IPL?
A.S.: Durante el día es absolutamente imprescindible la protección solar de amplio espectro. Hay que protegerse de los rayos UVB/UVA con todas las armas que tengamos: sentido común, gafas de sol, gorro, sombrilla... Y evitar la exposición directa al sol en las horas punta (12.00 a 16.00 horas). También recomiendo no abusar de los dispositivos móviles y de las pantallas de ordenador, tablets… Y durante la noche recomiendo un producto con retinol. Empiezo con concentraciones bajas en torno al 0,3% y, en función de la tolerancia (que se va adquiriendo poco a poco), voy subiendo la concentración. La oferta en cosmética es tan amplia como apasionante. A mí personalmente me gusta combinar productos de diferentes texturas y con distintas combinaciones de principios activos (vitamina C, coenima Q10, hilaurónico, despigmentantes, etc), ya que nos permite individualizar el plan de tratamiento de cada paciente.

B.M.: ¿La obsesión por el cuidado personal ha dejado de ser exclusivo del sexo femenino?
A.S.: Totalmente. Hoy en día cuidarse es una necesidad agénero. Cada vez vienen más hombres a nuestra clínica solicitando tratamientos de todo tipo, especialmente de depilación permanente, rejuvenecimiento facial y modelación corporal.

B.M.: ¿Cuáles son tus trucos de belleza para evitar el envejecimiento prematuro?
A.S.: Es como ir al gimnasio a entrenar. Con un día o una vez no conseguimos nada. El cuidado de la piel es entrenamiento y rutina, constancia y dedicación. Entrenamiento para saber cómo es nuestra piel, que necesidades tiene y cuáles son los productos que mejor le van, y rutina para cumplir a diario el protocolo que nos hayan recomendado o que hayamos elegido. Considero de vital importancia tener unos cuidados de día y otros de noche que incluyan una limpieza específica, tonificación, hidratación con principios activos adecuados y fotoprotección antes de salir de casa. Junto a estos autocuidados, los tratamientos, cada vez más vanguardistas, que ofrecen la dermatología y la estética, nos ayudarán a retrasar el envejecimiento y a mantener un aspecto saludable, que es al final lo que todos reconocemos como una piel bella.









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