La búsqueda de nuevos tratamientos más eficaces y personalizados para el cáncer es el desafío de muchos investigadores. Este reto se ha cumplido con éxito por un equipo del Inserm dirigido por Stéphane Rocchi (Unidad Inserm 1065, "Centro Mediterráneo de Medicina Molecular"), que acaba de sintetizar y desarrollar nuevos fármacos para el melanoma. Uno de ellos, conocido como HA15, reduce la viabilidad de los melanocitos, sin ser tóxico para las células normales. Este trabajo acaba de ser publicado en la revista Cancer Cell.

El melanoma es una forma muy agresiva de cáncer de piel. Afecta a los melanocitos, las células responsables de la síntesis de melanina, que da a la piel su color. Hay tres etapas de progresión tumoral: el crecimiento radial, en el que las células proliferan de manera desordenada en la epidermis, la fase de crecimiento vertical, que implica la invasión de la dermis, y finalmente la fase metastásica, correspondiente a la diseminación de las células cancerosas por los tejidos periféricos.

Aunque se han obtenido resultados alentadores para el tratamiento de la fase metastásica (el uso de terapias dirigidas o inmunoterapias), la mayoría de los pacientes necesitarán tratamientos adicionales para evitar que el tumor vuelva, y para evitar el desarrollo de más metástasis. Por tanto, la identificación de nuevos candidatos a fármacos es un elemento imprescindible para el establecimiento de bioterapias eficaces contra este tipo de cáncer, cuya incidencia se duplica cada diez años.

Aunque se han obtenido resultados alentadores para el tratamiento de la fase metastásica (el uso de terapias dirigidas o inmunoterapias), la mayoría de los pacientes necesitarán tratamientos adicionales para evitar que el tumor vuelva, y para evitar el desarrollo de más metástasis.

En este contexto, los investigadores de Niza descubrieron una nueva familia de fármacos, los Thiazole Benzensulfonamides (TZB), que tienen propiedades útiles contra el cáncer. "Inicialmente, esta familia de fármacos fue identificado para la diabetes tipo 2, ya que aumentó la sensibilidad de las células a la insulina. Si lo queríamos utilizar contra el cáncer, tendríamos que ser capaces de eliminar esta actividad de la proinsulina", explica Stéphane Rocchi. "Así que empezamos a modificar su estructura".

Después de muchos intentos, la estructura inicial de las TZB se modificó ampliamente gracias a una fructífera colaboración con el equipo del Dr. Benhida, del Instituto de Química de Niza, para obtener una formulación en la que el compuesto principal se llamó HA15.









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