Ante la pérdida de un ser querido, tiene lugar lo que se conoce como proceso de duelo. Pero, ¿qué ocurre cuando la muerte aparece de forma súbita y no puedo despedirme de la persona? En estos días de confinamiento y la situación de la crisis sanitaria actual que nos está tocando vivir por el Covid-19, son muchas las familias que están enfrentándose al duro proceso de pérdida de un ser querido sin poder efectuar el ritual de despedida, lo cual, sumado al hecho de que no hay fase de preparación (la enfermedad llega de forma súbita), genera un profundo dolor y dificulta avanzar en las etapas necesarias de aceptación del duelo. Irene Giménez, psicóloga del Institut Dra. Natalia Ribé, nos habla de éste, el proceso de duelo y de cómo afrontarlo durante el confinamiento.

Doble dimensión, física y psicológica

El proceso de duelo aparece ante una pérdida que tiene lugar en su doble dimensión: la biológica o física y la psicológica. Como cualquier emoción o sentimiento, el duelo es adaptativo y necesario en su justa medida, y es un proceso o reacción ante dicha pérdida completamente normal. No obstante, como ocurre también con las emociones (rabia, tristeza, miedo…), el duelo puede convertirse en patológico, excediéndose tanto en frecuencia como en intensidad.

Aunque el duelo puede abarcar distintos campos: una jubilación, una ruptura sentimental, la psicóloga Irene Giménez se centra ahora en el más común en el campo de la intervención terapéutica, el duelo por la muerte de un ser querido.

En la situación de crisis sanitaria actual que nos está tocando vivir por el Covid-19, son muchas las familias que están enfrentándose al duro proceso de pérdida de un ser querido, sin poder efectuar el ritual de despedida.

Al igual que ocurre con las emociones, ante la pérdida de un ser querido, enfrentarse al dolor que esto produce es necesario y sumamente adaptativo, dentro de los límites de la normalidad. "Debemos enfrentarnos al dolor que nos produce la pérdida, con el fin de poder sanar la herida y seguir adelante con nuestras vidas", dice la experta.

A grandes rasgos, cuando nos enfrentamos a la pérdida, se inicia en nosotros un proceso natural que normalmente contempla 5 fases. Es importante destacar que cada fase tiene su función adaptativa, cosa que nos permite realizar el proceso de manera sanadora. El enquistamiento de cualquiera de las fases es lo que en ocasiones empuja a tener que solicitar ayuda profesional, con el fin de desencallar el proceso y poder seguir avanzando.

  • Fase de negación: se niega la realidad como mecanismo de defensa al duro golpe recibido.
  • Fase de ira: una fase complicada, ya que nace de la frustración por tomar conciencia de la pérdida y nos empuja en ocasiones a buscar responsabilidades. El enquistamiento requiere de ayuda inmediata.
  • Fase de negociación: la fantasía conduce esta fase, la ilusión de recuperación de la pérdida, por lo que su duración es escasa al confrontar duramente con la realidad. El enquistamiento aquí podría darse en forma de delirios.
  • Fase de depresión: una vez abandonada la ilusión de cambio, y confrontada la realidad, el duelo nos sume en una honda tristeza. Es la fase previa a la aceptación, porque al tocar fondo, ya solo podemos renacer, pero también la más peligrosa si se produce el enquistamiento, ya que puede dar lugar a psicopatologías serias como la depresión mayor.
  • Fase de aceptación: se acepta la pérdida y la persona poco a poco va permitiéndose recuperar su vida. El recuerdo siempre estará ahí, pero la forma de enfrentarse a él irá cambiando a medida que pase el tiempo.

El proceso de duelo durante el confinamiento

Ahora bien, ¿qué ocurre cuando el duelo tiene lugar de forma súbita? ¿Cómo podemos afrontar la muerte de un ser querido cuando no hemos tenido tiempo de prepararnos para ello? Y aún más, ¿qué ocurre cuando no puedo despedirme de la persona amada?

"Los seres humanos somos animales simbólicos, tenemos la capacidad de construir diferentes mundos a partir de los símbolos", explica la experta. "Esto nos permite, en el caso del duelo, poder despedirnos de nuestros seres queridos simbólicamente, y dichos rituales de despedida ejercen una función de gran importancia en el proceso de aceptación de la pérdida y en el avance de las distintas etapas del duelo. Pero existen circunstancias, que impiden la realización del ritual de despedida por distintos motivos".

En la situación de crisis sanitaria actual que nos está tocando vivir por el Covid-19, son muchas las familias que están enfrentándose al duro proceso de pérdida de un ser querido, sin poder efectuar el ritual de despedida, lo cual, "sumado al hecho de que no hay fase de preparación (la enfermedad ha llegado de forma súbita), generan un profundo dolor y dificultan avanzar en las etapas necesarias de aceptación del duelo", declara la psicóloga.

Según Irene Giménez: "En estos casos, puede resultar terapéutico realizar una despedida simbólica. Cierto es, que dicha despedida cobra más sentido si se realiza socialmente, es decir, si participan varios miembros del entorno del ser querido fallecido (familiares cercanos o amigos). Para realizar una despedida simbólica, es importante que aquello que representemos tenga un sentido para nosotros y sea también importante para la persona que falleció (una lectura, un lugar...)".

"Si, como está ocurriendo con el confinamiento al que nos enfrentamos en la actualidad, tampoco es posible por ahora realizar dicha despedida o ritual simbólico que nos permita avanzar de un modo sano y adaptativo (y no con enquistamiento patológico) en las distintas fases del duelo, al no poder agruparnos socialmente, una alternativa podría ser escribir una carta", aconseja la experta de Institut Natalia Ribé. "En 'la carta' podremos plasmar todas aquellas cosas maravillosas de nuestro ser querido, cosas que nunca olvidaremos y que nos encargaremos de recordar siempre, pero al mismo tiempo, nos permitiremos plasmar la despedida, decir 'adiós', lo cual no significa olvidar, sino permitirnos avanzar a pesar del dolor. Para que la carta resulte terapéutica, es importante que sea leída (en grupo o de forma individual), por lo que podremos hacerlo utilizando canales on-line en estos días, u otras vías de comunicación (teléfono, etc.)".

Por supuesto, aconseja Irene Giménez, "recordar siempre la importancia de solicitar ayuda profesional si el duelo se convierte en patológico (enquistamiento de alguna de las fases como os comentaba).
Deseo de corazón que os pueda ser útil este artículo, y os mando toda la fuerza y la esperanza del mundo, para poder superar esta dura prueba que nos está tocando vivir, y de la que seguro, lograremos salir fortalecidos".









Recomendamos