Una de las armas secretas del ácido hialurónico en la lucha contra la aparición de las arrugas es su gran capacidad de retención del agua. Mientras que los niveles hídricos de un buen sérum contribuirán a la elasticidad, volumen y tersura de la piel.

Los expertos de Clínicas Dorsia apuntan tres aplicaciones de esta sustancia que difícilmente habríamos imaginado hace unos años.

El arma secreta del ácido hialurónico en la lucha contra la aparición de las arrugas es su gran capacidad de retención del agua, gracias a la que logra mantener un buen estado de hidratación en las zonas en las que se ha aplicado el producto.

CORRECCIÓN DEL LÓBULO RASGADO DE LA OREJA.
Un estado común en las mujeres adultas que llevan años luciendo pendientes, sobre todo si son largos y con peso. En estos casos, la piel del lóbulo de la oreja puede sufrir daños y debilitarse, de forma que el agujero aumenta de tamaño dando una apariencia antiestética. Con sólo dos sesiones, el ácido hialurónico consigue reforzar la piel de la zona, su densidad y resistencia hasta los próximos doce meses.

REJUVENECIMIENTO GENITAL FEMENINO.
Una opción mínimamente invasiva que libra a la mujer de la posible dependencia de lubricantes, hidratantes y cremas. Con dos sesiones de treinta y cinco minutos se espera mejorar la hidratación y la elasticidad de esta área íntima por un periodo de entre seis y nueve meses.

BORRAR CICATRICES.
El ácido hialurónico mejora sustancialmente las de tipo atrófico, es decir, las hundidas, rellenándolas y elevándolas. Tras el diagnóstico personalizado, se procede a comenzar con el tratamiento, que está dividido en dos sesiones, una de infiltración del producto y la segunda, de seguimiento o retoque si fuera necesario.









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