El doctor José Vicente Lajo Plaza ha introducido en su clínica la novedosa técnica de los puntos de apoyo. La clave de este protocolo está en crear puntos de apoyo en la almohadilla adiposa malar que reposicionen los rasgos y permitan que el rostro recupere la firmeza por sí mismo.

En el Centro Médico Lajo Plaza son conscientes de que el proceso de descolgamiento y flacidez comienza con la atrofia del hueso cigomático. Éste se encuentra entre el pómulo y la hendidura del parpado inferior y es el responsable del aspecto del tercio medio del rostro.

El resultado es un rostro envejecido, con las líneas de la amargura muy marcadas, el pómulo "vacío" y ojeras y bolsas cada vez más evidentes. Como señala el doctor Lajo, "empieza a manifestarse a mediados de la treintena y son los párpados inferiores y los tejidos que los rodean los que antes empiezan a mostrar este proceso".

El resultado, a simple vista, es la formación de círculos oscuros infraorbitarios -ojeras y bolsas- y la profundización de los pliegues nasolabiales y el surco nasogeniano. Además la pérdida de, entre el músculo orbicular y la piel, aproxima estos tejidos y confiere una coloración más oscura a la delgada piel infraorbitaria, lo que deriva en un aspecto cansado de los ojos.

La clave de este protocolo está en crear puntos de apoyo en la almohadilla adiposa malar que reposicionen los rasgos y permitan que el rostro recupere la firmeza por sí mismo.

El doctor José Vicente Lajo Plaza ha comenzado a aplicar con gran éxito esta técnica para crear una red interior en la zona del hueso cigomático con el fin de que el tercio medio del rostro recupere firmeza inmediata y se reposiciones los volúmenes.

Las infiltraciones se realizan con ácido hialurónico Vycross Juverdem de Allergan, que es más denso y muy maleable.

La técnica de los puntos de apoyo paso a paso:

  • El especialista marca los puntos de reposición en cada hemicara (por lo general se determinan seis puntos de referencia).
  • Se realizan depósitos de entre 0,1 y 0,3 ml de producto por punto con unas cánulas que contienen un botón de anestésico (lidocaína al 2%), ello hace que la técnica sea prácticamente indolora.
  • Los puntos se depositan en compartimentos grasos profundos.
  • Finalmente, se realiza un masaje para una distribución más homogénea, gracias a la maleabilidad de este ácido hialurónico.

Resultados:
El rostro recupera tersura y firmeza de forma natural y el pómulo de proyecta de forma armónica. Se atenúan ojeras y bolsas y se "sujeta" el rostro evitando que se marquen los surcos nasogenianos y las líneas de la comisura de los labios.









Recomendamos