Con el paso del tiempo, se produce una disminución en la producción de melanina por parte del folículo piloso, lo que da lugar, en consecuencia, a la aparición de las canas, un problema que empieza a darse, en la mayoría de los casos, a partir de los 30 años.

Las canas poseen el mismo ciclo de crecimiento y riesgo de caída que el resto del cabello, una circunstancia que dependerá de la predisposición genética de cada persona, pero no de la ausencia de esta pigmentación en la estructura del pelo.

Aunque los principales desencadenantes de las canas son tanto el componente hereditario como el envejecimiento asociado a la edad de cada persona, existen también otros factores asociados que pueden causar su aparición prematura, como el estrés, llevar una nutrición deficitaria e, incluso, determinadas enfermedades autoinmunes, según Hospital Capilar,corporación del sector capilar.

“La estructura del cabello contiene unos pigmentos llamados melanina, que son los responsables de dar color a nuestra piel y a nuestro cabello. A medida que va transcurriendo el tiempo, la formación de dichos pigmentos va disminuyendo, y es por ello por lo que el color del pelo también puede verse modificado con el paso de los años. Cuando se agota la síntesis de estos pigmentos, es cuando comienzan a aparecer las canas, que son cabellos que carecen del color de este pigmento”, explica el doctor Francisco Pilo, de la clínica Hospital Capilar.

Canas y envejecimiento capilar, sin relación con la caída del cabello

De esta forma, las canas acompañan al envejecimiento de nuestro cuerpo y suelen presentar un color grisáceo, blanco o transparente provocado por la disminución en la producción de melanina, que deja de tener la capacidad suficiente para seguir produciendo el pigmento natural del pelo que tenía durante el crecimiento del mismo. Además de en la coloración, las canas suelen diferenciarse del resto del cabello por su textura, que suele ser de mayor grosor y percibirse más áspera al tacto, ya que la pérdida de melanina va asociada a un envejecimiento de la raíz del cabello, produciendo una consecuente reducción de la elasticidad y vitalidad.

No obstante, las canas poseen el mismo ciclo de crecimiento y riesgo de caída que el resto del cabello, una circunstancia que dependerá de la predisposición genética de cada persona, pero no de la ausencia de esta pigmentación en la estructura del pelo. A este respecto, el doctor Pilo subraya que “no existe ningún factor que evidencie la relación entre las canas y la caída del cabello, dado que la única semejanza que existe entre estos procedimientos es el inevitable paralelismo que mantienen con el envejecimiento, ya que ambos ocurren con la edad. Por ello, no es real el mito que afirma que si tenemos el pelo canoso no tendremos alopecia, ya que ésta no tiene nada que ver con la producción de la melanina”.

Además de la genética, existen otros elementos ligados a la aparición de canas de forma prematura que afectan indistintamente tanto a hombres como a mujeres, como la contaminación ambiental, el déficit de vitamina B12, sufrir impresiones emocionales agudas, el estrés crónico, la falta de descanso, la utilización de ciertos procedimientos agresivos en el pelo como tintes o el abuso de secadores y planchas, así como padecer ciertas enfermedades como la anemia perniciosa, trastornos de tiroides o el vitíligo, una patología cutánea mediante la que se produce la despigmentación de la piel.

"Es importante recalcar que resulta imposible que las canas, poco a poco, no vayan apareciendo con la edad en pacientes que, por herencia familiar, están destinados a tenerlas”, puntualiza el especialista de Hospital Capilar.

Por ello, mantener hábitos saludables será fundamental a la hora de retrasar o mitigar las canas, tales como seguir una dieta saludable, baja en grasas y rica en antioxidantes, limitar el tabaco y el alcohol, hacer deporte con regularidad y evitar llevar una vida acelerada que pueda contribuir a sufrir estadios de estrés y ansiedad, apostando por la realización de actividades como yoga o meditación. “Sin embargo, es importante recalcar que resulta imposible que las canas, poco a poco, no vayan apareciendo con la edad en pacientes que, por herencia familiar, están destinados a tenerlas”, puntualiza el especialista de Hospital Capilar.

A pesar de que las canas no impiden sufrir en ningún caso alopecia androgénica, hay determinados tratamientos como la mesoterapia capilar o cirugías como el trasplante capilar, que el paciente podrá llevar a cabo en las mismas condiciones que aquel que no tenga el cabello canoso, pudiéndose teñir el pelo tras haber transcurrido un mes después de la intervención, una vez que la zona del cuero cabelludo se encuentre recuperada por completo.









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