La suplementación con ácidos grasos omega-3, especialmente EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), puede ser muy beneficiosa para el mantenimiento de la salud cardiovascular, además de ser una gran aliada en la prevención de hiperlipidemias (niveles altos de colesterol y/o triglicéridos). Por otra parte, está comprobado que estos suplementos favorecen otras funciones metabólicas como las que afectan a la función normal del cerebro (menor riesgo de TDAH, depresión, deterioro cognitivo...), y de la visión. Así lo confirman estudios como el realizado por la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria), que lo ha evaluado muy positivamente.

Las principales fuentes alimentarias de ácidos grasos omega-3 son el pescado azul, algunos crustáceos y mariscos, ciertas algas y determinados frutos secos (nueces, avellanas) y semillas (lino, calabaza, cáñamo...).

La suplementación con ácidos grasos omega-3 puede ser muy beneficiosa para el mantenimiento de la salud cardiovascular, además de ser una gran aliada en la prevención de hiperlipidemias.

Sin embargo, desde hace un tiempo, un pequeño crustáceo llamado krill ha ido ganado importancia convirtiéndose en un alimento esencial en el aporte de omega-3. De hecho, diferentes estudios corroboran que el aceite de Krill tiene mejor absorción que diferentes formas de presentación de aceite de pescado y aporta al organismo mayor contenido de EPA y DHA libres, por lo que con menor cantidad se obtiene mayor eficacia.

Del Krill se extrae el aceite de krill, importante fuente de ácidos grasos omega 3, fosfolípidos, vitaminas (A, D y E), colina y una importante sustancia antioxidante llamada astaxantina, además de pequeñas cantidades de ácidos grasos omega-6 y omega-9.

Cabe destacar que no todos los aceites de krill son iguales. Para obtener un aceite de krill de calidad que conserve todas sus propiedades nutritivas, es muy importante la técnica de pesca y la técnica de extracción utilizada. Se debe recolectar en los dos últimos meses del verano porque es cuando el krill tiene un mayor contenido de nutrientes pues es cuando ha consumido más fitoplancton. Una vez pescado, se debe congelar inmediatamente para evitar su degradación.

El aceite de Krill NKO es recolectado y extraído en frío bajo estrictas condiciones, mediante un método patentado que asegura su calidad y evita la pérdida de sus nutrientes, especialmente la astaxantina, un potente antioxidante.

No todos los aceites de krill son iguales. Este crustáceo se debe recolectar en los dos últimos meses del verano porque es cuando tiene un mayor contenido de nutrientes.

Así pues, este potente nutriente constituye una importante fuente de fosfolípidos y colina, es rico en astaxantina y en dos ácidos grasos poliinsaturados Omega-3 (DHA y EPA). Gracias a su propia naturaleza bioquímica, se ha mostrado, junto con una dieta saludable, un gran aliado para contribuir a mejorar el perfil de lípidos en la sangre, mantener una buena salud cardiovascular y ayudar al mantenimiento de la función normal del cerebro y de la visión.









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